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miércoles, 22 de mayo de 2013

EL ÚLTIMO SACRIFICIO DE UN CORAZÓN REBELDE





"harán falta gestos espectaculares y simbólicos para despertar las conciencias anestesiadas"
“Mientras muchos hombres son esclavos de sus vidas, mi gesto encarna una voluntad ética. Yo doy la muerte para despertar la conciencia dormida. Me rebelo contra el destino. Protesto contra lo que envenena el alma y al individuo, contra los deseos invasores que destruyen nuestra identidad, incluido la familia,base de nuestra civilización milenaria. Mientras yo defiendo la identidad de todos los pueblos, también me rebelo contra el delito de reemplazar nuestro pueblo.”



A las 16:00 del martes 21 de Mayo, el gran ensayista e historiador, Dominique Venner decidió poner fin a sus días; había desayunado con algunos amigos cercanos y escrito un texto en su página web así como una nota explicativa.

Con la determinación que fue uno de sus puntos fuertes, se dirigió hacia el lugar altamente sagrado que es la Catedral de Notre Dame y puso fin a sus días.

Séneca en la antigüedad y Mishima o Montherlant en el siglo pasado eligieron el mismo final.

Grandeza sin decadencia; dueño de su destino; valentía y lucidez.

Declaraciones de Dominique Venner:

Estoy sano de cuerpo y espíritu, amado por mi mujer y mis hijos. Amo la vida y no espero más que la perpetuación de mi raza y de mi espíritu. A pesar de esto, ante los inmensos peligros para mi patria francesa y europea, tengo el deber de actuar mientras aun me queden fuerzas. Creo necesario sacrificarme para romper el letargo que nos aprisiona. He elegido un lugar altamente simbólico, la catedral de Notre Dame, construida por mis antepasados sobre lugares de cultos de orígenes inmemoriales.

Mientras tantos hombres se hacen esclavos de sus vidas, mi gesto encarna una ética de voluntad. Me doy muerte con esperanza de despertar conciencias dormidas. Me rebelo contra la fatalidad, los venenos del alma, y los deseos individuales que destruyen nuestras raíces identitarias como lo es la familia, fundamento de nuestra milenaria civilización.

Mientras defiendo la identidad de todos los pueblos, me rebelo contra el crimen de querer reemplazar los nuestros.
Pido perdón a todo los que sufrirán por mi partida, primero a mi mujer y a mis hijos así como a mis amigos. Pero una vez pasado el dolor, no dudo que entenderán mi gesto y que el dolor se transformara en orgullo.
NO LO OLVIDEMOS NUNCA!