Japón recuerda durante estos días el horror al que fue sometida por la aviación norteamericana en nombre de la "libertad y la democracia". Dos de las ciudades más pobladas de Japón, sin ningún objetivo militar, fueron literalmente destruidas por una de las armas más terribles creadas por la humanidad: la bomba atómica. El liberalismo político, la dictadura del bipartidismo ajeno al pueblo, el poder del dinero y la usura bancaria se imponían en 1945 como 150 años antes había llegado al poder en Francia: mediante el Terror más salvaje y cruel. En estos días de recuerdo, tiene un papel importante los hechos de Fukushima y el debate sobre la dependencia hacia la energía nuclear, otro de los grandes peligros de nuestros días. El siguiente texto ilustra lo que fueron aquellos días de horror llegado con los "libertadores USA", un horror que ya conocían en Europa...
El 6 de agosto de 1945, a las 8:15 de la mañana, la bomba lanzada por el Enola Gay estalló a una altura de 580 metros sobre el centro de Hiroshima y mató a unas 70.000 personas al instante. La onda expansiva, a unos 6.000 grados de temperatura, no dejó un edificio en pie y carbonizó los árboles a 120 kilómetros de distancia.
Varios minutos después, el hongo atómico se elevó a unos 13 kilómetros de altura y expandió una lluvia radiactiva que condenó a muerte a las miles de personas que habían escapado del calor y las radiaciones. Dos horas después habían muerto unas 120.000 personas, 70.000 habían resultado gravemente heridas y el 80% de la ciudad había desaparecido
Según Wikipedia, el área inmediatamente afectada fue de 5 kilómetros cuadrados densamente poblados. Hubo miles de casos de incineración súbita, carbonizaciones parciales y quemaduras de personas expuestas hacia el hipocentro del estallido, a más de 10 km de la zona ceroPero el horror no había terminado. Días después de que la bomba atómica destruyera la ciudad, los médicos comprobaron asombrados que la gente seguía muriendo en forma enigmática y aterradora, de síntomas desconocidos; "al principio los médicos y cirujanos trataban las quemaduras como cualquier otra, pero los pacientes se licuaban por dentro y morían. Ningún médico había visto nada igual".
Hibakusha ("persona bombardeada") fue el término con que los japoneses designaron a los supervivientes. Oficialmente hubo más de 360.000 hibakusha de los cuales la mayoría, antes o después, sufrieron desfiguraciones físicas y otras enfermedades tales como cáncer y deterioro genético
Información extraída de www. fogonazos.es