Artículo de alto interés publicado en el blog Euroamérica, de nuestro amigo y camarada Juan Pablo Vitali
Estimados amigos: Este texto
publicado en el manifiesto.com es una convocatoria a abandonar la cómoda
posición de lectores y militantes virtuales para pasar a cosas
coherentes y concretas. No sirve para nada decir mil veces lo mismo si
no estamos dispuestos a hacer nada por lo que predicamos.
Agradezco al manifiesto.com -medio
virtual en el que escribo hace largo tiempo- su difusión. Esta vez he
decidido publicarlo también en mi blog por separado para darle un lugar
destacado entre mis textos, señalando así la importancia de dejar de ser
de una buena vez simples espectadores quejosos de todo lo que ocurre.
Hemos encarado hace muchos
años la defensa de de nuestros valores, de nuestra cultura, de nuestra
historia, de nuestras tradiciones, de muchas cosas que para ser defendidas
necesitan de una decisión irrevocable, de una voluntad sólida. Pero a veces nos
preguntamos cómo seguir, qué más hacer, si no estaremos siendo captados también
nosotros por la militancia virtual, por la abstracción de palabras que existen
en una red que no está en ningún lugar y que tritura el tiempo en su fugacidad.
Por eso debemos replantearnos las cosas cada tanto.
Si el mundo en el cual nos
formamos como comunidad y como personas deja de existir, si las actitudes, los
objetos, el arte; si todo el contexto que nos hizo ser lo que somos deja de
existir, es lógico pensar que en el futuro ya nadie será como nosotros. Si los
libros dejan de leerse, si las fotos dejan de mirarse, si las fiestas dejan de
festejarse por haber perdido su sentido, la continuidad que nos llevó hasta
aquí será definitivamente cortada, finalmente olvidada. El valor simbólico de
las cosas decae y desaparece. Las palabras cambian de contenido, los objetos se
destruyen, los recuerdos son degradados.
No obstante a veces ciertas cosas
aparentemente intrascendentes movilizan algo en nuestro interior y así se rompe
la inercia que va en un sentido negativo, como primer paso indispensable para
comenzar a tomar la dirección contraria.
El gran viaje de millones de
europeos a Ultramar, fue una odisea que todavía no ha sido descubierta ni
considerada en su real dimensión ni por los propios europeos, ni por los muchos
descendientes de europeos que han perdido la consciencia de su origen cuando no
la repudian abiertamente. La tarea ha de ser conjunta de uno y del otro lado
del mar, pero pareciera a veces imposible.
Es hora de hacer cosas
concretas, de movilizarse aunque más no sea alrededor de algunas pocas cosas
simbólicas al principio. Cosas que trasciendan los embutidos y las pastas, las
sardinas y la paella. Hacerlo significará más para nuestra forma de vida de lo
que creemos. No valoramos nada de lo que hemos recibido por el sacrificio de
nuestros abuelos, lo estamos dilapidando y algún día nos vamos a arrepentir seriamente de haberlo hecho. Y ese
día está muy cerca. Hay una relación directa entre los problemas graves que
tenemos y ese abandono. No es posible que nadie se dé cuenta, no es posible que
nadie vea lo que está tan claro. En todo caso, si todavía existe alguien
dispuesto a avanzar en tal sentido, ya seremos dos. Es un principio: jp_vitali@yahoo.com.ar y si no
somos capaces de hacer nada al respecto, más vale que nos llamemos a silencio.