Durante los últimos años, Europa asiste a una generalización y auge de un comportamiento electoral que premia a las corrientes políticas identitarias y socialnacionalistas, opciones dirigidas por una generación política diferente, con mensajes más claros y soluciones a los problemas que se plantea el ciudadanos medio europeo, y que representan una tercera vía a la vieja dicotomía izquierda-derecha de un sistema político en crisis. Los resultados electorales en la mayoría de los países europeos confirman la llegada de nuevas
políticas a Europa. La política del bipartidismo importado de Estados Unidos en la que se reparten el poder alternativamente una derecha democristiana o liberal y una izquierda socialdemócrata con pequeños espacios para partidos liberales está llegando a su fin. La llegada de grandes contingentes de inmigrantes extraeuropeos que amenazan la identidad, estabilidad social y laboral así como seguridad ciudadana especialmente de los trabajadores, comerciantes y pequeños empresarios, el desplome de la natalidad europea y la crisis de la familia, la corrupción política generalizada, la sensación de la existencia de una casta política alejada del ciudadano medio y de sus problemas, enriquecida y corrupta, vendida a los poderes financieros que hacen y deshacen la economía en su propio beneficio sin que exista una autoridad estatal que defienda los intereses de una población desamparada, son problemas más agravados aún si cabe en los últimos años. Esta es la razón por la que cada vez un mayor número de ciudadanos, hastiados de políticos que lejos de aportar soluciones participan en el proceso de desmoronamiento que sufre Europa, decide cambiar su voto y hacerlo por opciones que defienden al ciudadano medio autóctono, su identidad, sus intereses y su estabilidad como miembro de una comunidad. Es el fracaso de las políticas de integración, del multiculturalismo o de las alianzas de civilizaciones. De esta manera, la política de comunidad reemplaza a la de sociedad y se reivindica una Europa para los Europeos recuperando un mensaje de políticas sociales para los europeos autóctonos. El votante medio de los partidos identitarios europeos es europeo autóctono, joven y perteneciente a una capa social transversal en la que están representados trabajadores manuales, técnicos, obreros de la construcción, profesionales autónomos, ejecutivos, pequeños empresarios y comerciantes. A la prensa del sistema le llamó la atención en su momento que el partido más votado en los barrios de obreros autóctonos de las grandes ciudades francesas fuera el Front Nacional, sustituyendo dicho voto al prestado en años anteriores al Partido Comunista Francés, cuyo público apoyo a las políticas de bienvenida e integración de los inmigrantes fueron determinantes en su hundimiento electoral. También es significativo saber que el FN en concreto, y en general este tipo de partidos, tienen su mayor número de votantes en las franjas de edad que oscilan entre los 18 y los 40 años, teniendo un claro ejemplo en Austria, donde el año 2008 el FPO y el BZO consiguieron su máximo histórico de votos rozando el 30% de apoyo popular en unas elecciones donde votaban por primera vez los jóvenes entre 16 y 18 años.
políticas a Europa. La política del bipartidismo importado de Estados Unidos en la que se reparten el poder alternativamente una derecha democristiana o liberal y una izquierda socialdemócrata con pequeños espacios para partidos liberales está llegando a su fin. La llegada de grandes contingentes de inmigrantes extraeuropeos que amenazan la identidad, estabilidad social y laboral así como seguridad ciudadana especialmente de los trabajadores, comerciantes y pequeños empresarios, el desplome de la natalidad europea y la crisis de la familia, la corrupción política generalizada, la sensación de la existencia de una casta política alejada del ciudadano medio y de sus problemas, enriquecida y corrupta, vendida a los poderes financieros que hacen y deshacen la economía en su propio beneficio sin que exista una autoridad estatal que defienda los intereses de una población desamparada, son problemas más agravados aún si cabe en los últimos años. Esta es la razón por la que cada vez un mayor número de ciudadanos, hastiados de políticos que lejos de aportar soluciones participan en el proceso de desmoronamiento que sufre Europa, decide cambiar su voto y hacerlo por opciones que defienden al ciudadano medio autóctono, su identidad, sus intereses y su estabilidad como miembro de una comunidad. Es el fracaso de las políticas de integración, del multiculturalismo o de las alianzas de civilizaciones. De esta manera, la política de comunidad reemplaza a la de sociedad y se reivindica una Europa para los Europeos recuperando un mensaje de políticas sociales para los europeos autóctonos. El votante medio de los partidos identitarios europeos es europeo autóctono, joven y perteneciente a una capa social transversal en la que están representados trabajadores manuales, técnicos, obreros de la construcción, profesionales autónomos, ejecutivos, pequeños empresarios y comerciantes. A la prensa del sistema le llamó la atención en su momento que el partido más votado en los barrios de obreros autóctonos de las grandes ciudades francesas fuera el Front Nacional, sustituyendo dicho voto al prestado en años anteriores al Partido Comunista Francés, cuyo público apoyo a las políticas de bienvenida e integración de los inmigrantes fueron determinantes en su hundimiento electoral. También es significativo saber que el FN en concreto, y en general este tipo de partidos, tienen su mayor número de votantes en las franjas de edad que oscilan entre los 18 y los 40 años, teniendo un claro ejemplo en Austria, donde el año 2008 el FPO y el BZO consiguieron su máximo histórico de votos rozando el 30% de apoyo popular en unas elecciones donde votaban por primera vez los jóvenes entre 16 y 18 años.
No es de extrañar pues, que en una Unión Europea que soporta un 20% de paro entre los jóvenes menores de 25 años – en España supera el 40%-, que es incapaz de controlar o frenar una invasión migratoria procedente de los países del tercer mundo cuyos resultados han sido aumentos de la delincuencia, asesinatos, robos, violencia sexual, fraudes, insoportable aumento del gasto social que amenaza el sistema de pensiones y los avanzados sistemas sociales europeos, pero cuya peor consecuencia pudiera ser la pérdida definitiva de la cultura e identidad europea, y por ende la desaparición irremediable de Europa tal y como la hemos conocido a lo largo de la historia, sumida en previstos mestizajes informes que hagan del individuo un ser desarraigado no-comunitario y manejable sumido en un grado de esclavismo que perfectamente se podría imaginar vista la dirección en la que van las políticas mundiales, reaccione y mire en otras direcciones políticas: las del fomento de las comunidades orgánicas basadas en la naturaleza, la tradición y la historia, la de la defensa de la ecología, los intereses de los pueblos europeos y la de una economía orgánica, sana y justa que surge de la voluntad e idiosincrasia de nuestra tradición más ancestral.
Europa lo pudo comprobar en las pasadas elecciones al Parlamento de la UE, el Front Nacional se recuperaba en Francia, aumentando siete puntos el porcentaje de votantes y colocándose en un nada desdeñable 11,4% a pesar del 7% que le otorgaban las encuestas de los medios de comunicación del sistema, el British National Party pasaba del 4,9% al 6% entrando por primera vez en el Parlamento Europeo con dos representantes a pesar de que se le auguraba en las encuestas que con suerte conseguiría uno. En Austria, el FPO aumentaba siete puntos y se colocaba en un 13,1%, los etnonacionalistas flamencos del Vlaams Belang se quedaban en un 10,7% y el danés Dansk Folkeparti llegaba al 14,8%. La Lega Nord se consolidaba como primera fuerza política del norte de Italia con un 10,2% y asistíamos a la entrada en el Parlamento de diferentes fuerzas identitarias de los antiguos países del Este, como los búlgaros de Ataka y su 12% o el Partidul Romania Mare y su 8,6%. Sorprendentes también fueron los resultados de los Perussuomalaiset (Verdaderos Finlandeses) con un 17% o el LAOS griego que con 7,2% colocaba a dos diputados en Bruselas. Por otra parte, aunque en partidos no exactamente identitarios, algunos políticos de estas ideologías fueron elegidos en otros países como Holanda, mientras que en el centro y sur de Italia, espacio donde se encuentran las organizaciones culturales y de militancia existencial más importantes de Europa, algunos diputados identitarios pudieron entrar, tal como ya lo habían hecho en las estructuras parlamentarias nacionales, en las listas de partidos no estrictamente identitarios aunque con orígenes socialnacionalistas.En el norte de dicho país, y ya en el presente año, la identitaria Lega Nord fue la gran vencedora de las elecciones presidenciales italianas consiguiendo porcentajes del 35% en el Veneto-aumentando sus apoyos en un espectacular 134%-, o del 26% en Lombardía y estableciéndose fuertemente en regiones tradicionalmente izquierdistas como Piamonte (17%), Emilia-Romagna (13,4%) o Liguria (10,2%). En Hungría la formación nacionalista identitaria Jobbik aparecía en la escena electoral con un 17% y 48 diputados, y no podemos dejar de nombrar a otras formaciones como el Fremskrittspartiet , uno de los partidos más votados en Noruega, que aunque como el PVV holandés de tendencia liberal, basa gran parte de sus planteamientos en posturas identitarias y contrarias a la inmigración. Mientras, en Suiza, de todos son conocidos los éxitos de la UDC, partido helvético más votado que con un mensaje nacionalista contrario a la inmigración y a la presencia islámica, consiguió en el año 2007 un 29% de los votos y 62 escaños.
La última gran noticia, ha sido durante este mes de septiembre la llegada por primera vez al parlamento sueco de un partido identitario. Es el caso de los Sverigedemokraterna que con un claro mensaje de defensa de la identidad e intereses suecos pasa de un 2,9% a un 5,7% y consigue 20 escaños en perjuicio de los partidos conservador y socialdemócrata que bajan sus resultados.
Se trata de una línea ascendente que forzosamente deberá llegar a otros países europeos donde los efectos de la crisis del sistema y de la pérdida de identidad que conlleva el proceso de inmigración son aún si cabe más graves como Portugal donde el Partido Nacional Renovador realiza un trabajo en dicha direción o España, país en el que cabría esperar una sinergía de los diferentes partidos identitarios con una estrategia común. En Cataluña, el emergente partido identitario Plataforma per Catalunya de Josep Anglada, que ya cuenta con diferentes concejales en importantes poblaciones de Tarragona y Barcelona, y con el apoyo de importantes partidos identitarios europeos como el FPO austriaco, el VB flamenco o la Lega Nord italiana, se encuentra a las puertas de hacer realidad por primera vez la presencia de diputados identitarios en una estructura parlamentaria de nuestro país. En poco tiempo sabremos si existe en nuestras tierras una voluntad de frenar el proceso de destrucción en el que nos vemos envueltos y participar junto a nuestros hermanos del resto de Europa en un cambio necesario que asegure nuestra identidad y manera de vida.
Area Identitaria
Area Identitaria