Aborrecemos de una forma intensa la deriva de la
globalización y de este sistema pusilánime, inmoral y materialista, que
tiene como único fin enriquecer a las élites financieras y a ciertos
lobbys, mientras destruye la identidad de nuestro pueblo, nos impone una
dictadura cultural infame y esclaviza a perpetuidad a las clases
trabajadoras.
Condenamos enérgicamente la crítica
contemplativa, el quejido pasivo, el lamento silencioso, las proclamas
de bar y las fantasmadas de internet cuando estas no desembocan en el
compromiso firme de combatir la injusticia y crear una alternativa.
Asumimos estoicamente, nuestra realidad actual;
por un lado la oposición firme de este sistema decadente y su
complicidad con movimientos de extrema-izquierda que están al servicio
de los primeros, por otro lado nuestra falta de medios humanos,
económicos y logísticos, y la inexperiencia a la hora de enfrentarnos a
nuevos objetivos.
En resumen, detestamos la pasividad ante una realidad que nos disgusta, y pese a no contar con las circunstancias y medios idóneos para iniciar un proceso fulgurante de transformación contamos con otras armas…
Tenemos el ejemplo de nuestra herencia en la victoria y en la derrota; de las Termópilas, de Numancia, de las Navas o de Bailen, contamos con una fe inquebrantable, con una comunidad pequeña, pero sólida, que va cimentando los pilares de un gran proyecto, contamos con una ilusión desbocada, y con un espíritu soñador, creativo y combativo, y con la firme promesa de no parar hasta conquistar.
Tras unos pequeños meses, para dar solidez a
nuestros cimientos, para debatir, discutir y pulir objetivos, se inicia
nuestra lucha en las calles, y nuestro afán por tomarlo todo…