Distinto libro, la misma estupidez.
Noruega ha sido castigada, no estaba lo suficientemente arrodillada ante los deseos del Gran Hermano.
Hasta el momento, nada extraordinario en esta atrocidad
La elección del intérprete -real o ficticio - desde los aviones asesinos no tripulados hasta el asesino hipnotizado que actúan siempre según los deseos de los poderosos, es, sin embargo, preocupante.
Desde hace una docena de años, Gran Hermano, nos está preparando para sufrir masacres y atentados, que se repiten a diario, y son regularmente atribuidos a asesinos islámicos, reales o supuestos. Asesinos que a menudo han sido armados, instigados o encubiertos por los servicios de las potencias occidentales que más odian en el mundo árabe y Europa.
Esta vez, el psicópata que habría sido el asesinato ha sido identificado como un cristiano fundamentalista, y sin embargo masón, impregnado de ideología anti-islámica, ideología dictada por ese gran engaño americano llamado "choque de civilizaciones". Y por esto, se le considera como de "extrema derecha".
Dado que en este tipo de guerras provocadas, planificadas y gestionadas por las cúpulas multinacionales, las cosas difícilmente ocurren por casualidad, nos tememos que lo de Oslo podría significar un cambio de táctica en la estrategia criminal.
Este cambio táctico, nos recuerda, de una manera preocupante, a lo que sucedió en la "estrategia de la tensión" en Italia, cuando los grupos de control atlantista que manipulaban, armaban, protegía y utilizaban a los grupos armados de izquierda, para poder dar un salto cualitativo y desencadenar con toda tranquilidad aquellas ofensivas cuyos efectos habrían permitido a los “directores de orquesta” limitar la soberanía nacional y reestructurar el sistema internacional en el modo y forma descritos anteriormente en los documentos de la Comisión Trilateral, inventó el “terrorismo negro” y las infundadas teorías de los complot armados fascistas.
Si se da esta analogía, hay que temer lo siguiente:
1. Una intensificación de las acciones de asesinatos masivos.
2. Un período de impunidad y de organización para los terroristas ya preparados. Tales como los salafistas que ya tienen un remanso de paz en Europa, Kosovo, sin que nadie se preocupe, probablemente debido a que se quiere que crezcan y se organicen tranquilos y actuar como donde quiera, y como quieran. Para entendera a los salafistas son los que asesinaron pasado 15 de abril en Gaza al voluntario italiano Vittorio Arrigoni para hacer estallar el acuerdo político entre Hamas y la Autoridad Palestina, según los deseos de Tel Aviv.
3. La distracción de la opinión pública con una campaña de criminalización de la extrema derecha, una vez identificados en el chivo expiatorio perfecto.
Es por esto por lo que hay que levantar la guardia y, sobre todo, deshacerse de todas las teorías dementes y de baja categoría que desde hace una decena de años y con el claro apoyo y difusión de los centros atlantistas, amenazan la salud mental, política y claridad y la seguridad física de los diferentes grupos de extrema derecha. Algo que está ocurriendo no solamente en el norte de Europa, y también en Francia, donde algunas desviaciones occidentalistas por un lado y yihaidistas por el otro, han arraigado en la óptica de un “resistencialismo identitario” definido y producido mediante una operación llevada a cabo, desde 1999, por un par de "intelectuales en nómina”.
Se ha creado el humus criminalizable y sacrificable y es necesario destruirlo lo antes posible.
Cualquier persona que esté de acuerdo, de alguna manera, con el esquema dual del yihadismo, se ponga de la parte que se ponga: islamofobia o islamofilia, no hace más que servir al Gran Hermano, entre otras cosas, ayudando a la dinámica de la inmigración, y perjudicando la seguridad de quienes lo rodean.
Esperemos que nadie dude en abrir la puerta de salida al los que se dejen ablandar por los sonidos cada más cacofónicos y discordantes que salen de esa “flauta mágica”.
Noruega ha sido castigada, no estaba lo suficientemente arrodillada ante los deseos del Gran Hermano.
Hasta el momento, nada extraordinario en esta atrocidad
La elección del intérprete -real o ficticio - desde los aviones asesinos no tripulados hasta el asesino hipnotizado que actúan siempre según los deseos de los poderosos, es, sin embargo, preocupante.
Desde hace una docena de años, Gran Hermano, nos está preparando para sufrir masacres y atentados, que se repiten a diario, y son regularmente atribuidos a asesinos islámicos, reales o supuestos. Asesinos que a menudo han sido armados, instigados o encubiertos por los servicios de las potencias occidentales que más odian en el mundo árabe y Europa.
Esta vez, el psicópata que habría sido el asesinato ha sido identificado como un cristiano fundamentalista, y sin embargo masón, impregnado de ideología anti-islámica, ideología dictada por ese gran engaño americano llamado "choque de civilizaciones". Y por esto, se le considera como de "extrema derecha".
Dado que en este tipo de guerras provocadas, planificadas y gestionadas por las cúpulas multinacionales, las cosas difícilmente ocurren por casualidad, nos tememos que lo de Oslo podría significar un cambio de táctica en la estrategia criminal.
Este cambio táctico, nos recuerda, de una manera preocupante, a lo que sucedió en la "estrategia de la tensión" en Italia, cuando los grupos de control atlantista que manipulaban, armaban, protegía y utilizaban a los grupos armados de izquierda, para poder dar un salto cualitativo y desencadenar con toda tranquilidad aquellas ofensivas cuyos efectos habrían permitido a los “directores de orquesta” limitar la soberanía nacional y reestructurar el sistema internacional en el modo y forma descritos anteriormente en los documentos de la Comisión Trilateral, inventó el “terrorismo negro” y las infundadas teorías de los complot armados fascistas.
Si se da esta analogía, hay que temer lo siguiente:
1. Una intensificación de las acciones de asesinatos masivos.
2. Un período de impunidad y de organización para los terroristas ya preparados. Tales como los salafistas que ya tienen un remanso de paz en Europa, Kosovo, sin que nadie se preocupe, probablemente debido a que se quiere que crezcan y se organicen tranquilos y actuar como donde quiera, y como quieran. Para entendera a los salafistas son los que asesinaron pasado 15 de abril en Gaza al voluntario italiano Vittorio Arrigoni para hacer estallar el acuerdo político entre Hamas y la Autoridad Palestina, según los deseos de Tel Aviv.
3. La distracción de la opinión pública con una campaña de criminalización de la extrema derecha, una vez identificados en el chivo expiatorio perfecto.
Es por esto por lo que hay que levantar la guardia y, sobre todo, deshacerse de todas las teorías dementes y de baja categoría que desde hace una decena de años y con el claro apoyo y difusión de los centros atlantistas, amenazan la salud mental, política y claridad y la seguridad física de los diferentes grupos de extrema derecha. Algo que está ocurriendo no solamente en el norte de Europa, y también en Francia, donde algunas desviaciones occidentalistas por un lado y yihaidistas por el otro, han arraigado en la óptica de un “resistencialismo identitario” definido y producido mediante una operación llevada a cabo, desde 1999, por un par de "intelectuales en nómina”.
Se ha creado el humus criminalizable y sacrificable y es necesario destruirlo lo antes posible.
Cualquier persona que esté de acuerdo, de alguna manera, con el esquema dual del yihadismo, se ponga de la parte que se ponga: islamofobia o islamofilia, no hace más que servir al Gran Hermano, entre otras cosas, ayudando a la dinámica de la inmigración, y perjudicando la seguridad de quienes lo rodean.
Esperemos que nadie dude en abrir la puerta de salida al los que se dejen ablandar por los sonidos cada más cacofónicos y discordantes que salen de esa “flauta mágica”.
Fuente: no-reporter
Traducción: ID-Press