Lo ocurrido en Noruega es una tragedia. Una absurda, cobarde y terrible matanza de compatriotas europeos. No creemos que se desvelen las auténticas motivaciones y muchos puntos oscuros planean sobre un extraño atentado que ha llenado de tristeza y de indignación el bello país escandinavo. Una tristeza e indignación que compartimos. Las condenas a este ataque son claras por parte de los identitarios europeos. La totalidad de los diferentes partidos del ámbito identitario con respetabilidad ganada y notable apoyo popular han mostrado su contundente rechazo a los cobardes asesinatos de Noruega y algunos como el FN han mostrado el paralelismo de este suceso con el de otros oscuros atentados que desde Bolonia o Milán a Madrid y Londres han ensangrentado suelo europeo sin haber sido esclarecidos los fines ni castigados sus verdaderos responsables.
Sin embargo cuando todavía están interrogando al supuesto autor material de la matanza- un extraño personaje adscrito a la masonería y al liberalismo radical, islamófobo y antinazi- que se autodefine como "conservador y cristiano" y cuyo referente político es ni más ni menos que Winston Churchill, la prensa y la opinión pública ya han juzgado y condenado adscribiendo al asesino en el confuso y ambiguo término de "extrema derecha", una denominación que el gran público identifica inmediatamente con grupos, personas y partidos políticos que raramente tienen algo que ver con lo que con dicha clasificación se quiere hacer creer . Sin embargo la ecuación es clara. Para los que dictan las consignas destinadas a ser absorbidas por el gran publico los partidos identitarios son de extrema derecha, el asesino de Oslo es de extrema derecha, luego los partidos identitarios son un peligro para la paz y la convivencia. Obviamente, esto es una solemne y malintencionada tontería, y por la misma regla de tres, la existencia de grupos cristianos, liberales y conservadores supondrían una amenaza para las buenas gentes, y mantendrían una complicidad ideológica en este atentado, pero lo cierto es que algunos partidos identitarios ya han tenido que responder de forma tajante a ciertas alusiones por otra parte intolerables destinadas a hacer todo el daño posible y a cortar el ascenso de emergentes partidos que por otra parte jamás se han definido como de extrema derecha ni se reconocen como islamófobos, y que además son claramente críticos con el liberalismo occidental al que parece que queda claro defendía el tirador noruego detenido. No obstante, parece que la maniobra está teniendo éxito y que se está creando un estado de opinión contrario a los partidos disidentes que hacen de la defensa de la identidad europea su lucha política a través de los cauces de participación legales establecidos. Una línea idéntica que dictan los diferentes comisarios políticos de los grandes medios de comunicación, cuyo resultado son intervenciones públicas por parte de dirigentes de los grandes partidos destinadas a criminalizar a aquellos que denuncian las políticas de la dictadura bipartidista, llamamiento al control, investigación e ilegalización de la disidencia identitaria por parte de asociaciones subvencionadas cuyo único objetivo es la ilegalización de los partidos identitarios, y como efecto dominó ciertas reacciones interesadas de ciertos colectivos y grupúscolos que aprovechando la coyuntura , instrumentalizan estos hechos intentando con falsedades sembrar la confusión, en el mismo estilo de la prensa. y actuando como peones conscientes o inconscientes de la estrategia atlantista. Una actitud contraria a la acción y el trabajo identitario y que solo beneficia a los centros de poder.
La matanza de Noruega es una tragedia terrible que no debe quedar impune. Por ello nos solidarizamos con el pueblo noruego y seguiremos apoyando el trabajo serio de la política posible de los partidos identitarios por la defensa de la soberanía, seguridad e intereses de una Europa más justa, independiente y social. Pero a todos lo que intentan confundir con fines interesados, con sus mentiras a la par que utilizar e instrumentalizar tan salvaje crimen con el objetivo de calumniar a aquellos que les son contrarios, les resultan molestos o suponen hoy por hoy una esperanza de resistencia activa contra el proceso de mundialización, a todos ellos vengan del campo que vengan, solo nos cabe que mostrarles nuestro más profundo rechazo.
Area Identitaria
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