Repugnancia y verguenza nos han causado las imágenes de los últimos momentos del coronel Gadhafi, derribado por las fuerzas de la OTAN y apresado con las armas en la mano y defendiendo su derecho por los grupos de asesinos que legitimados y sostenidos por las fuerzas internacionales del dinero han asesinado de forma vil al lider del régimen libio. Repugnancia por la invasión armada que en beneficio de los intereses económicos de la oligarquía imperialista ha tenido que sufrir un país soberano con las muertes de inocentes que esto ha conllevado y también por la forma cobarde de asesinar y fotografiarse sin verguenza alguna junto al cuerpo salvajemente destrozado del coronel libio. Verguenza por la complacencia con la que los occidentales hemos acogido dichas imágenes. Ni una protesta de las comisiones de los derechos humanos, amnistía internacional, Cruz Roja o la Santa Sede. Ningún sentimiento de rechazo. El salvajismo cruel y cobarde campa libre por el mundo difundido sin complejos por sus agentes de la desinformación.
Añadimos a esta reflexión dos opiniones muy diferentes que tras conoer el fin de Gadhafi reflejan la gran verdad de este conflicto verdaderamente mundial:
Se trata del segundo Jefe de Estado regular y legítimo asesinado tras una invasión extranjera. “Criminales en serie” que han empezado con Saddam Hussein. Después Massud y ahora el tercer jefe de Estado asesinado por los “libertadores” a los que hemos apoyado con nuestras bases aéreas y nuestras mentiras de lacayo. Avergoncémonos.
(no-reporter)
Hemos vista la fuerza del liderazgo de Estados Unidos en todo el mundo.
(Barak Obama)
Este es el sistema que los europeos mantenemos con nuestro silencio y subordinación, convirtiéndonos en cómplices de la injusticia, del asesinato y la destrucción en beneficio de una oligarquía que nos engaña, estafa y esclaviza.
Ningún recurso europeo para guerras ajenas a nuestros intereses.
Ningún apoyo a las injusticias del poder mundialista ni a sus estructuras armadas.
No más sumisión a los intereses del imperialismo de la finanza internacional y sus mafias.
¡Europa Libre!
