En el pasado mes de febrero, y tras los importantes avances conseguidos en las pasadas elecciones europeas, algunos partidos identitarios como Jobbik en Hungría o LAOS en Grecia aparecían en los medios de sus respectivos países protagonistas de un aumento de apoyos en los sondeos de cara a próximos comicios. En concreto LAOS superaba el 6% y Jobbik llegaba al 19%. Anteriormente, en el mes de diciembre, eran los medios austriacos los que daban a conocer que el lider identitario H.C.Strache, lider del FPO, se colocaba como el favorito para las elecciones presidenciales con un 21%. Un mes antes en nuestro país, por primera vez en la historia de la democracia un partido identitario, la Plataforma per Catalunya de Josep Anglada alcanzaba una cifra record quedando a pocos votos de conseguir representación parlamentaria en las elecciones catalanas.
En los últimos días, hemos podido conocer que los partidos identitarios siguen cosechando importantes triunfos en la cansada Europa. Mientras en las cámaras agrícolas austriacas, los agricultores próximos al FPO han alcanzado una importante victoria con el 17,92% de los votos, en Gran Bretaña el BNPcontinúa su imparable ascenso, habiendo quedado en cuarto lugar en las elecciones de Barnsley, superando a los liberales.
Pero es sin duda en Francia, el lugar donde el avance identitario ha sido más sonado. Según unos sondeos publicados ayer por el diario Le Parisien, el Front National sería el partido más votado si la próxima semana se ecelebraran las elecciones presidenciales. Según está encuesta, el FN obtendría un 23% y su candidata Marine Le Pen pasaría a la segunda vuelta, un resultado superior al obtenido por los otros candidatos: el derechista Sarkozy y la socialista Aubry que obtendrían un 21% cada uno. Una situación que recuerda a la sucedida en el año 2002, cuando Jean Marie Le Pen consiguió pasar a la segunda vuelta superando al Partido Socialista y provocando que todas las fuerzas políticas parlamentarias de izquierda y derecha tuvieran que unir sus votos para que ganara la candidatura de la derecha y evitar la victoria del Front National. En esta ocasión, la estrategia anti-identitaria podría ser similar. Según algunos medios, el Partido Socialista, consciente del escaso tirón electoral de Aubry podría estar considerando presentar como candidato al presidente del Fondo Monetario Internacional Dominique Strauss-Kahn, economista ultraliberal de origen judío, un personaje de izquierdas pero ligado a la alta finanza que podría representar los intereses de la izquierda y la derecha francesa y evitar el triunfo del partido identitario en las elecciones a la presidencia. Por su parte, el Front National parece continuar con el firme apoyo de importantes sectores de las capas medias francesas, de gran parte de la juventud y de los trabajadores, sectores desencantados de decenio de políticas mediocres y del abismo entre política y pueblo, olvidados por lo grandes partidos y que son los que sufren con mayor rigor los efectos de una crisis a la que no han sabido hacer frente los partidos e intereses que hoy se lemantan de que el pueblo no siga la dirección impuesta por el Sistema.
La intención de voto francesa es una muestra más de que el pueblo europeo demanda cada vez con más fuerza la necesidad de una lucha política en favor de los dañados intereses de los pueblos de Europa frente a los anquilosados y vetustos partidos sostenedores de los poderes internacionales y mundialistas, con sus políticas alejadas de los problemas de nuestra gente, con sus ideologías que nos son ajenas y con sus caminos impuestos. Unas políticas cuyas consecuencias padecemos hoy y que amenazan nuestro futuro.
Es el momento de que Europa y los europeos sigamos nuestro propio camino. Es la hora de las fuerzas políticas identitarias.
