Se cumplen en estos días sesenta y seis años de la desaparición del escritor francés Pierre Drieu La Rochelle, quien naciera en París el 3 de enero de 1893 en el seno de una familia de orígenes normandos. De él dijo Alistair Hamilton en su obra La ilusión del fascismo, que "la oposición al capitalismo fue el primero de todos sus temas, la idea de una federación de estados europeos el segundo". Madurado intelectualmente con Kipling, Barres y sobretodo Nietzsche, se licenció en Ciencias políticas, participó en las batallas de Charleroi y Verdún, donde fue herido, durante la Primera Guerra Mundial. Reconocido escritor de la época de entreguerras, se sintió tentado por el comunismo, el surrealismo y el nacionalismo maurrasiano. Provocador,guerrero, conquistador y vanguardista, politicamente entabló una clara lucha contra la oligarquía capitalista y en favor de un bloque europeo fuerte y fiel a sus esencias y tradiciones que hiciera frente a la decadencia refinada y moderna que se había apoderado del viejo continente. Fue un soñador de una Nueva Europa a la vez aristocrática y socialista, y firme en sus convicciones actuó en consecuencia. Como a tantos otros escritores europeos, sus posiciones vanguardistas y revolucionarias y su apoyo a las potencias del eje durante la guerra, le valieron la condena, el ostracismo y el olvido. En los finales de la guerra, cuando vio su sueño derrumbado, decidió salir de un mundo en el que no se reconocía. Se suicidó en los idus de marzo de 1945."No sólo soy un francés, soy un europeo. Vosotros también lo sois, lo sepáis o no. Pero hemos jugado y he perdido yo. Reclamo la muerte”.Tenía 45 años y Europa se encontraba en pleno proceso de destrucción.
"En fín, matadme, soy eterno".
