Demasiado a menudo tendemos a buscar los enemigos en el exterior de nosotros mismos como una excusa frente a nuestras debilidades, miserias e incapacidades.Lo cierto es que la situación política que afecta a nuestro Pueblo no es más que un reflejo del estado de las personas que lo componen agudizado y provocado por los otros enemigos externos que se aprovechan del mismo, aquellos que aprovechándose de la ausencia de una oposición real actúan para hacer desaparecer todo lo bueno y bello que queda de Europa, una situación que no tiene una oposición real por parte de un área que a pesar de conocer la raiz de esta situación también refleja la incapacidad y las debilidades de los que la componemos. Es necesario conocer esos enemigos internos para poder luchar contra ellos y hacerlos desparecer. Solo el conocimiento y aislamiento de nuestras propias trabas podrán capacitar a los integrantes del área identitaria europea para obtener un conocimiento claro del verdadero estado de las cosas, seguir estrategias hábiles y victorias reales en nuestra lucha. El siguiente y esclarecedor texto de Gabriele Adinolfi nos orienta sobre el principal enemigo al que nos enfrentamos y al que es prioritario vencer: nosotros mismos y nos enseña que la acción política no solo es exterior, sino que debe ser una forma de vida, una prioridad existencial. Palabras claras, palabras antiguas, palabras nuevas, palabras duras y necesarias.
El mayor enemigo eres tú
Por tu amor por ti mismo y por esa indulgencia propasada que mira solo por tí. Por tu fanfarrona docilidad frente a la lisonja y la adulación. Por tu deseo de reconocimiento. Por tu gusto por la carrera y por la excelencia. Por tu egoísmo, por la dudas que te suponen dividir tu pan, “cortarte un brazo”, arriesgar el calor del hogar, o poner en peligro la seguridad artificial de tu aparente estabilidad: esa seguridad de muerto viviente que no se percata de que ya no vive.
El primer enemigo eres tú. Por el temor a desconcertar, por el miedo de ser marginado, por la baba que te sale de los labios ante la mínima posibilidad de ser acogido y reconocido por el consenso de las momias hablantes.
Con tu adhesión a todos los clichés del pensamiento débil y de la crítica cortés, de la política resbaladiza y del lenguaje banal. Tú eres la globalización. Tú eres el asesino de Europa y del Tercer Mundo, tú eres la renuncia. Y más lo eres cuanto más pretendes convencerte de lo contrario; sin ahondar demasiado en el fondo ni autoexaminarte para conocer la verdad.
La oposición real no es solo política o ideológica, es sobretodo un modo de ser.
Gabriele Adinolfi
http://www.gabrieleadinolfi.it/
