En Malmö y en Salt en los últimos días. También fue en París, o en Bruselas. Allí donde los asentamientos de inmigrantes extraeuropeos son más fuertes. Ya nos alertaba hace más de diez años Guillaume Faye en su obra La colonización de Europa: “La guerra étnica ha comenzado. Por lo bajo. Y año tras año se amplía. Por el momento ha tomado la forma de una guerrilla urbana larvada: incendios de automóviles o de comercios, agresiones repetidas de europeos, ataques al transporte público, emboscadas a la policía o a los bomberos, razzias desde los suburbios hacia los centros urbanos etc…Como demuestra un estudio sociológico encargado para analizar el fenómeno, la delincuencia de los jóvenes afro-magrebíes es también un medio de conquista de territorios y de expusión de los europeos. No está motivada simplemente por razones de simple criminalidad económica (…). La nueva izquierda convertida al capitalismo, defiende con garras un socialismo virtual y un inmigracionismo real. En este cocktail es difícil adivinar la parte de imbecilidad, de altruismo alucinatorio, de snobismo antirracista, de etnomasoquismo y de (peor todavía) calculo político. El sentimiento que predomina ente los colaboradores es el mismo que atrapó a las élites declinantes romanas en el siglo III: la ruindad y la cobardía, unidas a un egoismo indiferente hacia su propio pueblo y sus generaciones futuras. La historia recordará que los europeos, y concretamente sus burguesías declinantes, fueron los primeros responsables de la colonización de Europa y de su submersión demográfica. Los inmigrantes del Tercer Mundo que yo considero como el enemigo principal, desde su punto de vista tienen perfecta razón para invadirnos. Ellos rellenan un vacío, al igual que los americanos rellenan un vacío ante la ausencia de los europeos en los planes geopolíticos y estratégicos”. Impactantes y certeras palabras para un grave problema que nos afecta día a día y con intensidad creciente: la deseuropeización.
Un proceso iniciado al principio de forma violenta y a través de la compra de las conciencias mediante recursos acomodaticios y anestesiantes y del lavado de conciencias en los posteriores años, y cuyos resultados son una población autóctona europea derrotada, reseteada, envejecida, esclavizada y cada vez con una voluntad de resistencia más disminuida. Se ha comprado y ablandado a los europeos que hoy parecen incapaces de hacer frente a su propia destrucción y que caminan ciegos y engañados hacia un suicidio biológico, político y cultural de consecuencias desastrosas. Mientras los poderes que controlan el mundo continúan sus políticas mundialistas de nivelación monstruosa destinadas a esclavizar a las masas, grandes contingentes extraeuropeos todavía no ablandados o adormecidos aprovechan la situación para su propia conquista territorial, sin ningún tipo de respuesta efectiva por parte de las poblaciones europas que siguen caminando dócilmente por la única dirección permitida.
Ante esto, solo cabe una única salida: resistir y actuar. La coordinación efectiva de todas las fuerzas resistentes europeas y la lucha organizada por la preservación del ser europeo, la reafirmación en nuestros principios y nuestra herencia a través de las acciones y la lucha por nuestro Pueblo a través de medidas concretas junto a estrategias de participación política con posibilidades reales. Es prioritario luchar por la incentivización de la natalidad autóctona, reorganizar la defensa de nuestras gentes, combatir por lo derechos sociales de los europeos, por la unidad e independencia de Europa, por la autogestión de nuestros recursos y por la preferencia nacional, hay que luchar contra el liberalismo económico y contra el capitalismo mundialista, hay que restaurar los valores europeos frente al dinero, rescatar el sacrificio, el valor y el deber frente a la comodidad, la inactividad y la cobardía. Hay que conseguir que Europa vuelva ser dueña de su destino. Rellenar el vacío del que nos hablaba Faye.
Para ello es necesaria la plena autoconcienciación de la militancia identitaria en todos los rincones de Europa, la formación, el voluntarismo y la capacidad de actuar decididamente por propuestas afectivas mediante estrategias inteligentes y posibles. Localmente, independientemente, pero en coordinación con todos los grupos, organizaciones y partidos políticos que tengan los mimos objetivos. Es la hora de la resistencia europea.
Las actuaciones egoístas y cobardes, las dudas, las discusiones por matices, las guerras internas y las críticas pobres que solo sirven para justificar las incapacidades y alimentar las miserias personales, los enfrentamientos entre poblaciones hermanas y las competencias equivocadas forman parte de esas actuaciones negativas que fortalecen el proceso contra el cual luchamos. Se trata de la pérdida de un tiempo y unas energías que no podemos permitirnos. También de un involuntario y terrible regalo para los que de verdad actúan por la destrucción de nuestro mundo.
Area Identitaria
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