BLOG EUROPEO NO CONFORME EN LENGUA CASTELLANA

martes, 12 de junio de 2012

DERECHO A LA NATALIDAD EUROPEA



La actual situación que atravesamos los europeos, en manos de entidades financieras que se prestan capital entre ellos mismos por mediación de los serviles Estados, a cambio de la pérdida de soberanía,  y de los derechos de los trabajadores no para de dar sus frutos, unos frutos que benefician a las grandes empresas y cadenas comerciales a la par que actúan en detrimento de nuestro pueblo, en virtud a legislaciones restrictivas impuestas por los partidos políticos del poder al servicio de dicha oligarquía financiera. Como presentíamos se está haciendo realidad el objetivo de la dictadura mundialista financiera.Desaparece la comunidad popular libre y solidaria y se imponen los dictados de una siniestra oligarquía financiera contraria a la vida, la armonía, la convivencia y la libertad. Los Estados están dejando de existir y por lo tanto no existen estructuras que defiendan a la comunidad popular. Aquí manda la finanza, y poco importan los derechos de los trabajadores o los intereses populares. Los gobiernos y los especuladores nos endeudan a cambio de reformas cuyo objetivo es la desaparición de cualquier seguridad laboral, lo que conlleva a que el trabajador que tenga el privilegio de poder acceder a un puesto de trabajo-miserable y mal pagado- tenga que aceptar las condiciones que le impongan. Y esto significa trabajar más, por menos salario y con escaso tempo de ocio, hasta una improbable jubilación que puede llegar a los 70 años y que será cada vez más baja o probablemente inexistente. Por supuesto también implica que no tenga el trabajador o cualquiera de los miembros de su familia la desgracia de enfermar, o que cualquier empleada se quede embarazada. Una situación que se traduce en la desaparición de las instituciones naturales de convivencia y existencia de cualquier comunidad. Europa hoy se enfrenta más que nunca a esta terrible amenaza.
El pasado 25 de mayo, Laura, empleada española de la cadena comercial Mango, comunicó a su encargada que estaba embarazada. Su corta carrera en la cadena estaba plagada de éxitos, había recibido felicitaciones por su trabajo, ascendida por sus ventas y ya tenía acceso a la caja. Como premio, la cadena le sugirió que pidiese la baja voluntaria con la promesa de que cuando todo se hubiera regularizado - es decir, cuando naciera el futuro bebé- la volverían a contratar. De un plumazo, Laura vio como le suprimían su derecho a trabajar y la posibilidad de estar con su hijo neonato los escasos cuatro meses de baja maternal que hoy todavía concede la ley a las madres. Por ello tuvo la "osadía" de dirigirse al departamento de recursos humanos de la empresa explicando la situación. El resultado fue un despido inmediato, hoy mal justificado por dicha cadena.
Desgraciadamente no es un caso excepcional. Si buscamos un poco en la red vemos que hay muchos casos de despidos de esta naturaleza, todos hemos oído o vivido situaciones similares, incluso cuando la trabajadora solo tiene intenciones de quedarse embarazada. Y aunque la legislación laboral todavía considera nulo este tipo de despidos, el tiempo  que trascurre entre denuncia y juicios y los pactos que acaban en cierta indemnización por parte de las empresas  finalizan  en la realidad de que muy pocas embarazadas despedidas vuleven a recuperar su puesto de trabajo, a lo que hay que añadir la situación de estrés, inseguridad y futuro incierto que debe sufrir la nueva embarazada, un hecho que no se debe permitir y que nos muestra la desverguenza de los que así lo hacen.
En esta vergonzosa situación hay muchos culpables y cómplices. Por un lado el Estado y los representantes electos mayoritarios que no legislan a favor de una política de protección efectiva de la maternidad aumentando progresivamente las trabas hacia la misma- las leyes laborales al respecto son muy permisivas y todos sabemos que los primeros recortes en nuestro país fueron dirigidos hacia las subvenciones por hijos-. Por el otro indudablemente ciertas empresas que en su insaciabilidad voraz exprimen a los trabajadores en beneficio de unas ganancias que solo redundan en unos pocos millonarios y en las super-nóminas de los "esclavos con latigo" y sus camarillas que entran en el juego sucio de mantener la cadena de esclavismo hacia sus propios compañeros- asalariados ,aunque en peores condiciones, igual que ellos-. Por último, somos cómplices los demás, al mirar hacia otro lado para conservar nuestro puesto en condiciones cada vez peores, al mantener en sus puestos a los políticos y sindicalistas que no solo propician sino que son responsables de esta trama, lo somos al seguir comprando masivamente en grandes superficies y cadenas comerciales en lugar de apoyar al pequeño comercio y enlos negocios familiares, al no saber responder de forma conjunta y organizada ante estas injusticias, al no apoyar decidiamente a las formaciones electorales que si lo hacen, al permanecer callados, al no boicotear a quienes nos boicotean como pueblo, caso por caso.
Pero no olvidemos además que Laura es una joven autóctona y que nos encontramos en una de las mayores crisis de natalidad de nuestra historia. Es lamentable ver todos los días como muchas jóvenes españolas embarazadas siguen acudiendo a su puesto laboral- aunque en algunas es palpable que necesitan una baja-  que no se atreven a hacer uso de su derecho por miedo a perder su empleo. Indignante es que muchas mujeres embarazadas no se atrevan a decir que están embarazadas en sus puestos de trabajo porque no tienen contrato fijo. Repugnante es que existan empresas que despidan a nuestras mujeres trabajadoras porque van a tener un hijo.
Tal como está la situación de la natalidad europea, cuando una mujer autóctona va a tener un hijo se le debería premiar, protejer su salud y la del no nacido no ya permitiendo sino posibilitando que haga uso de las ausencias o bajas que sean necesarias. Un Estado digno de ese nombre-de esos que deberían ser agentes de la comunidad popular y garantes de los derechos de sus ciudadanos-protegería la maternidad como uno de los factores más importantes de su estabilidad y suervivencia. Y cuando el niño naciera deberían conceder a la madre una baja laboral mayor y un fomento de la lactancia que le permitiera estar en el lugar donde debe estar, con su hijo - a pesar del malejemplo que pretenden imponernos nuestras ministras- así como la posibilidad de reducciones horarias debidamente compensadas con ayudas económicas si decide volver a su puesto de trabajo - aunque esto también debería ser una elección, algo que hoy es casi imposible-. Tener un hijo para una familia europea nunca debe ser un lastre. La promoción de la natalidad sana y contínua, así como la gestación, nacimiento y salud del niño y la madre deberían ser prioritarios en cualquier comunidad que exista como tal. No hay dinero, ni negocio, ni interés privado que esté por encima de esto. Algo que parece haberse olvidado.
Es sencillo, si no nacen niños europeos, Europa desparecerá
Hace unos días Mango puso su granito de arena para que las jóvenes trabajadoras europeas se vean obligadas a elegir entre trabajar o tener hijos. Los europeos deberíamos poner el nuestro para que esto no vuelva a pasar, pero mucho me temo que mientras sigan en el poder los políticos de la casta, y los europeos permanezcamos adormilados e hipnotizados por la televisión-espectáculo y la fiesta, solo preocupados de nuestra más pequeña individualidad, esto no solo no cambiará, sino que irá agravándose.
La Natalidad es nuestro futuro. Si permitimos que la cuestionen o la entorpezcan nos dirigimos inevitablemente hacia nuestro suicidio como pueblo.
Exijamos el derecho de los pueblos europeos a la recuperación de su natalidad.

video de denuncia del caso de Laura, despedida de Mango por estar embarazada:

http://youtu.be/LEgwHOxpzXg