Las candidaturas identitarias francesas han consolidado el apoyo popular conseguido en las pasadas elecciones presidenciales durante la primera vuelta de las legislativas de este fin de semana. Con el 14, 1% del voto global-llama la atención que pese a ello los sondeos le otorguen un máximo de 3 diputados- y habiendo alcanzado la primera posición en muchas circunscripciones, el FN se mantiene como tercera fuerza política en Francia a pesar de que será extremadamente difícil conseguir un sólido número de representantes debido a la antidemocrática legislación electoral francesa que exige superar el 12,5% de votos por cincunscripción, normativa que favorece el dictatorial bipartidismo de dos formaciones muy similares en lo esencial como son la izquierda del PSF y la derecha de UMP y a los pactos de las formaciones del sistema. A destacar la victoria de Marine Le Pen en la circunscripción de Hénin-Beaumont, un territorio del norte frencés con una importante capa obrera, feudo tradicional de la izquierda, donde la candidata identitaria ha conseguido el 42% de los votos desbancando al Frente de Izquierdas de Mélenchon y al Partido Socialista que no han superado el 20%, o el 24,12% obtenido por la candidatura frentista encabezada por Bruno Gollnish. Marine Le Pen ha prometido a Francia que con los candidatos identitarios "el Pueblo hará su entrada en la Asamble Nacional", se ha reafirmado en su "lucha contra la inmigración, y por la preferencia de los autóctonos", pidiendo a los franceses que no se fien de las opciones arcaicas y voten por una verdadera oposición y nueva regeneración política.