Nos congratulamos de que con pocos meses de existencia el sindicato BLU (Blocco Lavoratori Unitario), vinculado a CasaPound Italia continúe su trabajo de afianzamiento entre los trabajadores y la sociedad italiana. Tras haber realizado campañas de protesta para evitar la disolución de algunas empresas públicas de transporte local, el pasado mes de abril realizaron además campañas de protesta en una cincuentena de ciudades italianas colocando grandes carteles frente a instituciones, sedes de partidos y sindicatos, contra la polémica reforma laboral del artículo 18, una reforma que encuadrada en las reformas de Monti, pretende, en palabras de BLU, "reducir a los trabajadores a un estado de esclavitud", "para acercar las condiciones de los trabajadores italianos a las del tercer mundo". Con un lenguaje contundente, BLU explica las consecuencias de tal directriz-reforma: "empeorar las condiciones de los trabajadores no traerá nuevas inversiones a Italia, y por supuesto, no impedirá a las empresas seguir deslocalizando a la búsqueda de trabajadores low cost . Nunca podremos competir con los trabajadores del tercer mundo que trabajan por poco salario, sin seguridad, sin control, sin horario, sino que nos convertirán también a nosotros en esclavos". Por todo ello, continuaba el volantino de propaganda del BLU " no creemos en la reforma laboral, no creemos que hacer más fácil el despido conlleve un mayor desarrollo del país que traiga más empleo. Además, el trabajo en sí, no es indicativo de bienestar: la calidad del trabajo, la seguridad en el trabajo y la retribución justa por el propio trabajo son bienestar". "Ninguna fábrica será abierta en Italia gracias a esta reforma, cuyo único objetivo es hacer apetecibles a los especuladores internacionales los Bonos del Tesoro. Y los especuladores solo compran bonos si están convencidos de que en Italia el mercado tiene el campo libre y los trabajadores ya tienen la cabeza china y el rabo entre las piernas" "Además vender bonos a los especuladores no implica crecimiento, sino otra deuda pública que mpeña a nuestra Nación a los usureros internacionales".
Como se comprueba, una misma problemática y una idéntica situación a la de nuestro país: el desmantelamiento de las propiedades públicas y de la industria local europea, la especulación de entidades supranacionales y de la usura y la finanza, la deslocalización de las empresas autóctonas en búsqueda de trabajadores-esclavos del tercer mundo para obtener más beneficios, y las reformas políticas que pretenden llevar al trabajador europeo a condiciones de semiesclavismo con salarios muy reducidos, horarios que ocupen la mayor parte del día y sin garantías de ningún tipo de seguridad laboral. Todo ello para hacer atractiva una situación económica que permita a los políticos de turno seguir endeudando y empeñando el poco patrimonio público que quede tras el saqueo. Reformas que evidentemente no sacaran a nuestros pueblos de la crisis, pero si crearán condiciones de inseguridad laboral y paro suficientes para acrecentar la debilidad del trabajador que se verá obligado a aceptar condiciones laborales inaceptables. Y en el transfondo, entidades financieras que continúan lucrándose del patrimonio público, una población autóctona cada vez más débil, sometida y empobrecida y una clase política y sindical traidora al servicio de los intereses de la oligarquía financiera a la que solo pueden hacer frente las alternativas identitarias.
En Italia como en España, como en cualquier punto de Europa. Una misma lucha y un mismo enemigo. Y el necesario llamamiento a que despierten los productores europeos ( trabajadores, comerciantes, pequeños empresarios, artesanos, autónomos...) y retomen lo que es suyo.
