Las autoridades
políticas de Madrid y Barcelona compiten estos días por “bailar con la más
fea”, se trata de conseguir la adquisición de
un proyecto que pretende crear en nuestro suelo un falso paraíso de
gigantes de cristal y acero, un inmundo bosque de rascacielos destinados a
cambiar para siempre el panorama paisajístico y social de nuestra tierra.
Alcorcón, Valdecarros y Barcelona son los lugares elegidos por el magnate
norteamericano Sheldon Anderson como posibles espacios donde ubicar la llamada
“Eurovegas”, “una especie de puticlub” en palabras del banquero vasco Mario
Fernández, un avance de la globalización extrema, del capitalismo salvaje y de
la especulación, según nuestro parecer.
Para Jaime
García-Legaz (PP), secretario de Estado de Comercio, así como para Francesc
Xavier Mena (CIU), conseller de Empresa y Empleo de la Generalitat de
Catalunya, se trata de un proyecto a defender que traerá progreso y trabajo,
por ello se entrevistan estos días con Andrew Tottenham, Project manager de Vegas Sands Corporation para hacer más
atractivas sus respectivas zonas y conseguir el asentamiento de esta especie de
paraíso fiscal y avanzadilla colonizadora en nuestras tierras.
Pero "EuroVegas",
lejos de suponer una solución para la crisis como creen algunos, supone un
agravamiento de las condiciones que nos han llevado a la misma. Eurovegas toma
como referencia el modelo americano y ultracapitalista de libre mercado y libre
circulación de capitales que deja al Estado como mero árbitro intermediario
persiguiendo un tipo de gestión que beneficia únicamente a intereses privados
en detrimento del bien común, haciendo creer a la población que esta nueva
cesión de derechos sociales y económicos a favor del capital puede frenar la
crisis. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, la instalación de este
engendro globalizador, paraíso de especuladores, usureros y mafiosos donde
gastar cantidades extremas por personas y organizaciones parasitarias de todo
tipo, supondrá en primer lugar la pérdida irremplazable de un suelo público que
es de todos, una demanda energética e hídrica para su mantenimiento del todo
insostenible y de imprevisibles consecuencias, un aumento del 7% de residuos y
un coste millonario en infraestructuras turísticas y de trasporte que
inevitablemente irán en detrimento del gasto público en inversiones de
necesidad como la sanidad, la educación o el apoyo para una necesaria creación
de industria nacional. Pero además tendrá como consecuencia un impacto
ambiental notable que supondrá la pérdida irreparable de lugares de alto valor
ecológico como los bosques de la zona de Alcorcón o el Delta del Llobregat,
algo que nadie podrá pagar con dinero y que supondrá un lastre de impredecibles
consecuencias para nuestros descendientes. Por otra parte, los promotores del
proyecto ya han exigido a las respectivas autoridades políticas una
modificación en las leyes fiscales y laborales que se traducirán en beneficios
fiscales intolerables que nuestro país dejará de percibir en esta época de
recortes, y en una imposición de condiciones de mano de obra barata y recorte
de condiciones laborales, algo que conocen muy bien en Estados Unidos y vamos
conociendo poco a poco en Europa, un pretexto legal que supondrá un peligroso
riesgo para futuros cambios en la legislación laboral. El multimillonario
Andelson y los estrategas de Las Vegas Sand Corporation saben muy bien lo que
hacen al elegir nuestro país como lugar para sus experimentos de especulación y
explotación, saben que hoy España es un país extremadamente vulnerable con
autoridades políticas claudicantes y sometidas, algo que favorece su proyecto
de manipulación del marco normativo.
Eurovegas supondrá
para España, en el supuesto de que finalmente sea aprobado, una profundización
del modelo de la globalización, al trasladar un pedazo de los Estados Unidos
más capitalistas a nuestra tierra, un modelo cuyos resultados conocemos ya
desgraciadamente, aunque no sus últimas consecuencias. Mientras, las administraciones
públicas sometidas redirigen sus recetas
contra la crisis hacia el nefasto camino de las “fórmulas mágicas” que
favorecen las inversiones extranjeras a cambio de la pérdida de soberanía en
nuestro suelo para sacar adelante macroproyectos que solo beneficiarán a los
especuladores de siempre a costa de la cesión de nuestros derechos, de la
pérdida de soberanía y de manipulaciones legislativas en su propio beneficio.
Eurovegas es una
trampa y no una solución, como lo fueron la “burbuja inmobiliaria”, la
imposición de la especulación inmobiliaria, las obras faraónicas con las que
los políticos de turno nos han endeudado y la flexibilidad en los créditos bancarios, cuyas consecuencias
pagamos ahora. Ni siquiera se trata de tapar un parche, los objetivos van mucho
más allá. Tras las cortinas de humo de este proyecto se encuentra un grave
peligro que propiciará un paso más en el proceso de adquisición ilegítima del
patrimonio de la comunidad popular y de esclavización y tiranía que la
oligarquía financiera mundial ha elaborado y puesto en práctica para nuestro
pueblo sin ninguna resistencia y con la complicidad de políticos ineptos y
traidores.
Por todo ello,
los identitarios decimos NO A EUROVEGAS, ni en Madrid, ni en Barcelona ni en
ningún lugar de Europa.