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martes, 21 de febrero de 2012

FAUSTO GIANFRANCESCHI



Se ha extinguido "una vida intelectual obstinada y contraria". Así informaban  del fallecimiento de Fausto Gianfranceschi los medios italianos ayer. Hombre de pensamiento y acción, y reconocido intelectual del panorama cultural italiano, Fausto Gianfranceschi moría en la noche  del domingo 19 de febrero en Roma a los 84 años. Militante y activista tras la segunda guerra mundial de los clandestinos FAR (Faszi d'Azione Rivoluzionaria), participó activamente junto a Clemente Graziani en gran parte de las acciones demostrativas de la Legione Nera,  y frecuentó a Julius Evola, con quien compartió una estrecha relación. Redactor de la revista Imperium junto a Clemente Graziani, se integró en el MSI en 1948 en el seno de la corriente almirantiana y fue presidente de la organización juvenil del partido, Giovane Italia, en 1957. Procesado  por su petenencia a los FAR-Legione Nera junto a Graziani, Evola, la entera redacción de Imperium y gran parte del vértice juvenil del MSI, fue uno de los pocos condenados, junto a Graziani y Draghi, cumpliendo un  año y once meses de prisión. A partir de 1966 fue crítico literario de la revista "Il Tempo" durante veinte años. Autor de más 20 libros publicados entre ensayos y novelas y de numerosos artículos literarios, políticos, históricos y culturales-algunos de ellos publicados en nuestro país por la revista "Aventura de la Historia"-, es considerado el mayor especialista en el estudio del literato italiano Dino Buzzati, y fue introductor y traductor de los Diarios de Salvador Dalí en Italia. Finalista del Premio Strega en 1983, recibió el Premio Napoli de Literatura en 1984. En los últimos años de su vida, envuelto en varias tragedias personales, se encontraba apartado de cualquier escenario público.
En 1951 ante el juez que le juzgaba por pertenencia a los FAR-Legione Nera, una organización clandestina que según las nuevas leyes italianas representaba "al disuelto partido fascista" y que había realizado diferentes acciones desmotrativas, tras una primera negación ante el juez, tras ser amenazado de que detendrían a su mujer embarazada y a Evola sino confesaba, admitió todos los hechos de los que se le acusaba sin implicar a nadie más. Y añadió, que aunque no las hubiera hecho, también las admitía, ya que al compartir las razones de dichas acciones sería un deshonor no admitirlas.