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lunes, 23 de abril de 2012

LA CARA B

 
 
“La amnistía fiscal será buena para todos”. Dolores de Cospedal. 31 de Marzo.

Permitirá recaudar 2.500 millones de euros y hacer aflorar el dinero negro. Aumentará la recaudación del Estado y es la única opción viable para no subir el IVA, pero…
La amnistía fiscal es impresentable, injusta y antisocial, además de ser una barbaridad (declaración de Dolores de Cospedal, 2010). Supone perdonar a los defraudadores por tan sólo el 10% de lo defraudado, menos de lo que habrían pagado si lo hubieran hecho a tiempo: es decir, defraudar es rentable.

La paradoja de tener que decidir entre subir el IVA o aprobar la amnistía fiscal supone, en realidad, decidir si aumentar impuestos indirectos que nos afectan a todos o perdonar los de aquellos que no los han pagado, decidir si fastidiarnos a todos o echar un cable a los que roban al Estado. Eso no es una decisión, es un sin sentido, una trampa.

Desde el Gobierno se anima a los defraudadores a que confiesen, garantizándoles máxima discreción y ninguna sanción, y amenazándoles con un futuro plan de lucha contra el fraude. Parece que ésta es su última oportunidad antes de ser pillados. Y desde aquí nos preguntamos, ¿Por qué no ponen en marcha directamente ese plan? ¿Por qué hay que dar avisos y redenciones a aquellos que nos roban a todos? ¿Qué les debemos?

La amnistía fiscal beneficia a los defraudadores, que casualmente suelen ser propietarios de grandes fortunas, deja impune e incluso bonifica el delito fiscal, evidencia la incompetencia de las medidas de lucha contra el fraude, y además es inconstitucional.

En fin, lo que Dolores de Cospedal realmente quería decir es que “la amnistía fiscal será buena para todos…los que defraudan”.