Porque después de él quieren eliminarnos a todos.
Fuerza Bossi, ¡resiste! Pero entonces, vosotros me diréis, ¿es culpable o inocente? Esto para mí no es el punto central del problema. No lo es si se tiene en cuenta la situación italiana, donde la política parlamentaria es ontológicamente corrupta: lo es en los salarios, en las subvenciones, las pensiones, en los privilegios y las prebendas.
Lo es en la práctica para la cual, salvo en muy pocos casos de gente rica por sí misma, como il Cavalliere, el choriceo (bien distinto a lo imputado al Senatur) es tradición ampliamente compartida. Lo es finalmente en la selección de los políticos, visto que no hace carrera si uno no es “chantajeable”. Y no es chantajeable siendo cristalino. Así que, silogismo, ningún político del sistema será nunca cristalino.
En definitiva que Bossi sea estúpidamente culpable de la dolosa ligereza que le ha costado la secretaría de la Liga se puede entender. Pero no estamos de acuerdo ni con la interesada sospecha que ha producido este hecho ni con la campaña mediática consiguiente, que es desproporcionadísima, una campaña de terrorismo “justiciera” estilo '92.
Una estrategia criminal
Ni siquiera hay que preguntarse qué ha planteado esta maniobra de literal eliminación política, enésima imposición arrogante sostenida por centrales de inteligencia criminal. Fuera Bossi– nos dicen las marionetas – fuera la Liga. Lo que se traduce en lo siguiente.
El seguro descontento de bases sindicales probablemente producirá a medio plazo nuevas agregaciones masivas de base. ¿Cómo derrotarlas? En primer lugar creando por arte de magia un sujeto político que recoja esas protestas para calmarlas y desactivarlas y eso es la IDV. Esta IDV deberá encontrar el terreno despejado de rivales sociales menos manipulables, y no quedan muchos, la Lega es uno de ellos así que acabar con la Liga es por tanto un objetivo nada desdeñable.
La maniobra no termina allí porque es evidente hasta para los ciegos que, en la perspectiva de la inmovilización social, los habituales conocidos están armando imbéciles de izquierda radical en los cuales confiar, en el futuro, las aceleraciones suicidas que podrán criminalizar y asustar a los trabajadores. Entretanto se preverá siempre la intervención del terrorismo y se constituirán los chivos expiatorios islámicos o fascistas. Con muchas siglas de culto dispuestas para la quema (Casa Pound).
Los técnicos saben perfectamente como amordazar, paralizar y engañar, y como lo saben…
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Todos padecemos, ninguna franja social o ningún ambiente político excluido, una ofensiva liberticida destinada a eliminarnos uno a uno. Por ello debemos hacer piña en defensa de Umberto Bossi. Y si no, tendremos que aceptar en el futuro asumir las responsabilidades de haber sido parte funcional de una estrategia liberticida, antisocial y terrorista.
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