Según informaban la pasada semana diversos medios nacionalistas italianos, la segunda investigación sobre el Rogo de Primavalle, cobarde atentado que en 1973 costó la vida a dos hermanos de la familia Mattei, ha sido de nuevo archivada por orden de la magistratura romana. La investigación, que había podido reabrirse recientemente y que implica a Paolo Gaeta, Diana Perrone y Elisabetta Lecco, ha sido archivada finalmente debido a la imposibilidad de realizar el interrogatorio internacional a los dirigentes del grupo de extrema
izquierda Potere Operaio que reivindicó el atentado, Achille Lollo y Manlio Grillo residentes en Brasil y Nicaragua, y ambos, junto a Marino Clavo condenados por estos hechos a 18 años de cárcel, condena, por cierto, declarada extinta por prescripción a instancia del abogado Francisco Romeo, defensor de Marino Clavo.
izquierda Potere Operaio que reivindicó el atentado, Achille Lollo y Manlio Grillo residentes en Brasil y Nicaragua, y ambos, junto a Marino Clavo condenados por estos hechos a 18 años de cárcel, condena, por cierto, declarada extinta por prescripción a instancia del abogado Francisco Romeo, defensor de Marino Clavo.
El Rogo de Primavalle, hecho poco conocido en España, pero que en su momento fue noticia de los principales medios de comunicación de Europa, fue, para quien no lo sepa, un cobarde y terrible atentado ocurrido durante la noche del 16 de abril del año 1973 en el barrio obrero romano de Primavalle. Eran las 3 de la mañana, y en una de las casas de protección social de via Bernardo de Viviena dormían Mario Mattei, de oficio barrendero y secretario de la sección de Primavalle del partido nacionalista MSI (Movimento Soziale Italiano), su mujer Annamaria, y sus seis hijos. Todo sucedió rápido, un comando del grupo de extrema izquierda Potere Operaio derramó gasolina en la puerta de la vivienda e incendió el piso con la clara intención de acabar con la vida de Mattei, su mujer y sus seis hijos, las llamas se extendieron en pocos segundos por todo el piso. La madre Annamaria pudo salir entre las llamas con sus dos hijos más pequeños, de 9 y 3 años, en brazos. Una de sus hijas pudo saltar por una ventana y caer al suelo sin heridas graves, mientras que Mario Mattei saltó desde un balcón con otra de sus hijas en brazos. No pudieron sobrevivir a las llamas, sin embargo, dos de los hijos de esta familia: Virgilio, el hijo mayor, de 22 años, militante del Fronte de la Gioventú del MSI y miembro de los Volontari Nazionale, y Stefano, de diez años, que murieron carbonizados en el interior de la vivienda sin poder alcanzar ninguna de las salidas. Durante los días siguientes, los italianos pudieron ver en algunos periódicos fotos del cuerpo carbonizado y sin vida de Virgilio, el hijo mayor, con su el cuerpo también quemado de su pequeño hermano en brazos junto a la ventana del balcón de la vivienda, y el retrato de una familia destrozada. También pudieron leer la repugnante reivindicación del atentado, que decía literalmente: “Brigada Tanas-guerra de clase-Muerte a los fascistas-la sede del MSI-Mattei y Schiavoncino golpeados por la justicia del proletariado”. Increíble nota sobre un injusto atentado contra una familia obrera residente en un barrio obrero.
La policía arrestó el 18 de abril a Achille Lollo como presunto responsable de los hechos, y posteriormente fueron implicados también Marino Clavo y Manlio Grillo. Durante el juicio, numerosos intelectuales y políticos de izquierda, así como diversos medios de comunicación defendieron a los acusados. Durante todo el año 1975 se realizaron manifestaciones pidiendo la libertad de los acusados y diversas campañas en pro de su inocencia en las que destacaron entre otros el senador comunista Humberto Terracini, el diputado socialista Ricardo Lombarda o el escritor Alberto Moravia. Igualmente, se pretendió hacer recaer la responsabilidad del atentado en grupos de derecha. El 28 de febrero de 1975 durante la cuarta audiencia del proceso se produjeron violentos enfrentamientos entre nacionalistas e izquierdistas. Durante los mismos, el estudiante griego Mikis Mantazas, miembro del grupo estudiantil nacionalista FUAN-Caravella, cae asesinado a tiros por parte de un izquierdista frente a una sede del MSI, en las proximidades del Palacio de Justicia.
En el año 2005 el propio Achille Lollo admitió en una entrevista publicada en el Corriere de la Sera su culpabilidad y la de los otros dos condenados en el atentado de Primavalle. Añadió en la misma a la lista de implicados los nombres de Paolo Gaeta, Diana Perrone y Elisabetta Lecco. Según el propio Lollo, y otros dirigentes de Potere Operaio como Morucci o Pipperno, el vértice de la organización izquierdista conocía perfectamente los detalles del atentado. Se trató de una operación precisa y perfectamente calculada. Se iniciaba la época en la que en las calles italianas la izquierda gritaba en sus lemas que “matar un fascista no es delito”. El espíritu del movimiento partisano de la posguerra se mantenía vivo entre los simpatizantes de la izquierda. Una treintena de militantes nacionalistas asesinados por la izquierda y la policía en Italia entre 1970 y 1983 dan fe de ello.
Los hermanos Mattei, que murieron por sus ideas, deben permanecer, como Mantakas y muchos otras otras víctimas de la violencia política, en el recuerdo de todos los militantes nacionalistas de Europa, ya que la justicia, por el momento, les ha sido negada.
http://www.youtube.com/watch?v=vCtdohD0yqA
