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martes, 26 de octubre de 2010

ENTREVISTA A GABRIELE ADINOLFI SOBRE CASA POUND



(traducido del francés de Zentropa)
Algunos franceses querrían ver en la corriente de la que es dirigente en Casa Pound un ejemplo transferible a nuestro país. ¿Cuál es esa realidad y que propone realmente?
Primero de todo, nunca se debe copiar un modelo que solo es válido en su propio contexto, esto, sin embargo, no debe ser tomado como una excusa para decir “ no está permitido, aquí no lo podemos hacer”. Las dos actitudes, frecuentes tanto la una como la otra, son estúpidas y al mismo tiempo infundadas. De aquello que funciona se debe adoptar todo lo que pueda ser aprovechado en cuanto a espíritu y metodología
¿Qué es Casa Pound? Es algo diferente: un movimiento político, un movimiento social y un movimiento cultural a la vez. Su especificidad reside precisamente en el hecho de ser una vanguardia –artística y mediática-  que tiene sus evidentes referencias en un pasado pasional, el del movimiento mussoliniano.
Nacida en Roma, promotora de un grupo musical, ZetaZeroAlfa, que gestiona un pub, el Cutty Sark, y que bajo el nombre de Fahrenheit 451 produce algunas de las mayores provocaciones mediaticas, la Casa Pound comenzó su labor dando refugio a las familias italianas sin techo. Protagonistas de esta dinámica, los jóvenes que la dirigen crearon también un proyecto de ley para garantizar la vivienda familiar, una ley que de ser votada y aplicada, evitaría la especulación típica del sector inmobiliario. Este proyecto de ley llamado Mutuo Social fue lanzado a los medios mediante la aparición en las principales ciudades italianas de decenas de maniquíes colgados, y fue aprobado (aunque de momento aún no ha sido aplicado) en algunos municipios y regiones de Italia. Todo esto sostenido por las mayorías transversales de derecha-izquierda y asimismo por unanimidad. Lo mismo ha sucedido con el segundo proyecto de ley, denominada “Tiempo de ser madres”, destinado a favorecer la demografía.  En Casa Pound las acciones preceden a las afirmaciones pero toman la forma de proyectos de ley.
En el seno de Casa Pound existe también una actividad cultural importante. Famosos y periodistas han venido aquí a debatir. Los políticos hacen lo mismo. Diputados regionales, parlamentarios, senadores, de derecha y no exclusivamente de ADN nacionalista, sino también de ideas opuestas, del Partido Democrático principalmente. Raramente son invitados, por lo general son ellos mismos los que piden ser recibidos, como fue el caso de un viejo jefe de las Brigadas Rojas, Morucci. Para dar una idea de lo que hablamos, os contaré que el año pasado, al retirar en Venecia un premio ganado por su película sobre el Mayo del 68, el director de izquierdas Michele Placido afirmó en directo ante las cámaras de TV que esperaba ser invitado por Casa Pound (que no fue, por cierto, el caso) porque es solamente en CP donde existe una actividad cultural que está muerta en la izquierda. Culturalmente  Casa Pound ha lanzado también una serie de círculos futuristas muy activos y además existe una asociación ecléctica de artistas para Casa Pound.
No faltan tampoco las actividades deportivas. Existe una organización alpinista, la Muvra, una asociación de paracaidistas, Instinto Rapace, que tuvo su bautismo de manos de una estrella de la TV, que sin embargo era un hombre de verdad, Pietro Taricone, fallecido el pasado junio durante un salto. Existe también un equipo de waterpolo, una escuela de fútbol, un equipo de jockey y una sociedad de actividades submarinas.
La Casa Pound como movimiento cuenta con millares de miembros. Su organización estudiantil, el Blocco Studentesco, es el más dinámico de toda Italia. En Roma, en los institutos, su lista ha sido la más votada en las últimas elecciones con un 39% de los sufragios y refiriéndose claramente al fascismo!
La Casa Pound publica una revista mensual “L’Occidental”,  la elección del nombre, que yo confieso, no es extraordinario, se explica porque la revista fue retomada a un grupo de ancianos  que la habían llevado durante cincuenta años y que querrían morir antes de verla desaparecer, también tenemos el trimestral Fare Quadratto. Estas son las acciones sociales que son el eje de la Casa Pound. El año pasado durante el trágico terremoto de L’Aquila, el movimiento trabajó 24 horas sobre 24 durante diez meses enteros para ayudar a través de sus redes, de sus brazos y de su entusiasmo, a la población local. Imaginaros la satisfacción que pudimos sentir durante una de la innumerables campañas de prensa difamatoria-en Italia como en Francia tenemos derecho- cuando, después de que un periodista hubo denunciado “una odiosa infiltración fascista rechazada por los ciudadanos”, el alcalde de la ciudad donde los voluntarios de Casa Pound tenían su base, alcalde de una lista cívica apolítica y para nada de derecha, respondió ofreciendo la ciudadanía de honor del municipio al presidente de Casa Pound, Gianluca Iannone.
Y pensad en la satisfacción de ver a gentes de toda edad y de todos los colores políticos que se aprieta a tu alrededor. Recordaré siempre, a la anciana paisana, que habiendo perdido todo me abrazó y gritó a todo el mundo “yo ya sabía que los fascistas son buena gente”.
Esto es Casa Pound: entusiasmo, innovación en la fidelidad, abrirse a la gente, acción antes que palabras, y sobretodo, espíritu positivo y nada negativo. Se trata de una revolución cultural que se convierte en política por la influencia adquirida sobre las políticas que ni son imitadas ni de competencia, sino al contrario, sometidas a la presión popular. La casa Pound actua, crea, se expande y se forma al mismo tiempo como movimiento y como lobby. Esto , por supuesto, permite prever otras dimensiones de acción futura y otros instrumentos de intervención como el Centro de Estudios Polaris que yo dirijo y que publica una revista trimestral suficientemente consistente.
Es revelador que la Casa Pound haya nacido de la acción de los militantes de menos de cuarenta años y que nunca haya recibido un céntimo de subvención. Se financia por sus pubs (hay unos cuantos), por su librería romana (La testa di Ferro), por la venta de sus artículos, la venta de entradas de sus espectáculos musicales, las cuotas de sus miembros y por la ayuda de los militantes. De esta manera se comprueba que es justo el dicho “Querer es Poder”.
Jesús Franco