Al fin un partido identitario pierde la invisibilidad
Armando Robles (Alerta Digital)
Nunca una formación política identitaria había conseguido tanto pese al apagón mediático. Analistas y comentaristas políticos no dudan en destacar a la Plataforma per Catalunya (PxC) de Josep Anglada como una de las formaciones triunfadoras en los comicios autonómicos catalanes. Pese a no obtener representación parlamentaria, sus más de 75.000 votos en toda Cataluña (algo menos que Ciutadans) se convierten en la mejor rampa de lanzamiento para encarar con las máximas garantías futuros compromisos electorales. Parece inopinable que el 29-N ha marcado un punto de inflexión dentro del mapa identitario nacional. Nunca un partido que abandera sin complejos ni matices la lucha contra el islam en Cataluña había ‘pescado’ tal número de votos procedentes incluso de caladeros tradicionalmente vinculados a la izquierda y al nacionalismo radical.
La ley d’Hondt se ha cebado con especial dureza con un partido que, en algunos momentos del recuento electoral, se situaba con tres y hasta con cuatro parlamentarios. Lo decisivo es que la PxC se quedó a las puertas de franquear el parlamento catalán. Calificar este hecho de otra forma sino de rotundo éxito sería faltar gravemente a la verdad y minusvalorar el mérito de que un partido sin respaldos mediáticos notables consiguiera acercar su discurso a tan elevado número de catalanes. La inmigración continuará. La identidad de Cataluña se desangrará paulatinamente por la llaga purulenta de la islamización que padecen ya sus calles, barrios y pueblos y la vigencia de la PxC será más necesaria que nunca en el futuro.
Es en estos momentos de segura decepción para muchos plataformistas, al rozar con los dedos un objetivo de trascendencia sin duda histórica, cuando hay que apuntalar su discurso y garantizar la continuidad de sus protagonistas. 75.000 catalanes han dicho alto y claro que el mensaje identitario tiene hueco en Cataluña. Y ese éxito, justo es admitirlo, no habría sido posible sin los avales del tesonero Josep Anglada, un dirigente que suple sus carencias curriculares con aptitudes para el liderazgo que estarían vetadas para la mayor parte de la dirigencia española. Hoy más que nunca, se hace necesario el afianzamiento de Josep Anglada en torno a un proyecto identitario absolutamente incardinado a su figura pública.
Y una mención al estrambote personificado en el secretario general del Partit per Catalunya, Joan Terré. Celebrar con delectación la no entrada de la PxC en el Parlamento e ignorar el ridículo absoluto de su formación política, se antoja como una de las principales aportaciones al genero charlotesco dentro de la política catalana en los últimos años. El PxCat obtuvo 40 raquíticos votos en su ciudad-emblema de Cervera, todo lo cual nos hace deducir que ni aún los familiares de los candidatos se avinieron a votarles. En el conjunto de la provincia, tres veces menos votos que los obtenidos por el partido de la transformista Carmen de Mairena y la mitad de sufragios que el Partido Pirata. Una razón de peso para que el más elemental sentido del pudor, de la vergüenza y de la dignidad hubiesen obligado a Joan Terré a permanecer callado.
Ernesto Milá (InfoKrisis)
Cerradas las urnas en Cataluña vale la pena reflexionar sobre lo que han supuesto estas elecciones no solamente para aquella autonomía, sino para el resto de España y, en particular lo que ha supuesto para la Plataforma per Catalunya cuyo voto hemos recomendado a nuestros amigos. Empecemos por este último tema.
Durante algo así como hora y media, prácticamente hasta que se realizó el recuento de un tercio de los votos emitidos, subsistió la esperanza de que PxC lograse entrar en el parlamento con tres diputados. En las horas siguientes esa esperanza se fue diluyendo y, finalmente, al llegarse al 100% de votos escrutados, PxC quedó fuera del parlamento… por los pelos. En torno a 400 votos más por la circunscripción de Tarragona hubieran bastado para que Miryam Núñez hubiera podido entrar en el parlamento. Ahora se sabe que 75.321 catalanes apoyan las listas de la PxC, lo que supone un 2,42% del electorado que acudió a las urnas y que prácticamente alcanza el 3% en la circunscripción de Tarragona.
Basta realizar un muestreo rápido a los resultados obtenidos, sin necesidad de triunfalismo que oculten el hecho de que entre 2010 y 2014 no habrán diputados de PxC en el Parlament, ni de retorcer argumentos, para advertir que:
1) PxC es el primer partido extrapartamentario. Ha rozado el escaño. No lo ha obtenido por los pelos y contando con un cerco mediático absoluto. Fue significativo que CNN y algunos medios de comunicación escorados a la izquierda, evitaran mencionar a la PxC incluso en los momentos en los que el escrutinio les daba tres diputados. En esto han seguido la consigna tácita de ignorar por todos los medios a PxC. Es más significativo todavía que después de varios meses en los que PxC no aparecía en los medios de prensa de la derecha, una vez cerradas las urnas estos mismos medios que hasta ayer habían ocultado la existencia de PxC, pocas horas después realizaban sesudas interpretaciones sobre sus resultados. No vale la pena calificar a todos estos medios conchabados para evitar que en Catalunya surgiera una voz discordante y anti-sistema.
2) PxC duplica el resultado del siguiente grupo extraparlamentario y si se hubiera tratado de una elección proporcional debería haber obtenido entre tres diputados y cuatro diputados. Es significativo que formaciones que han gozado hace meses de apoyos mediáticos no desdeñables, hayan obtenido resultados muchos menores que los que han correspondido a PxC: ahí está, perdido en las profundidades de la clasificación UPyC e incluso el Reagrupament Independentista. Por lo demás, la distancia que ha separado a PxC de C’s y de SI, han oscilado en apenas 25 y 20.000 votos. Otras opciones de las que se ha hablado relativamente (Alternativa de Govern, a causa del video de Montserrat Nebrera) durante la campaña, apenas han obtenido 2.187 votos. Quienes siguen nuestros escritos saben que desde hace meses considerábamos que había tres escenarios para la PxC: la victoria (entrar en el parlament), la dulce derrota (quedarse en puertas siendo el primer partido extraparlamentario) y el fracaso absoluto (obtener unos resultados que le dejaran en la cuneta a larga distancia del pelotón de cabeza. Se ha producido la “dulce derrota”: la demostración de que en su primera confrontación electoral autonómica, PxC ha estado a punto de entrar y sus resultados distan mucho de ser “pobres”.
3) PxC demuestra que su estrategia (lucha contra la inmigración masiva - lucha contra la corrupción - lucha contra la crisis económica) demuestra interés por parte de la población. Se ha dicho que PxC era solamente un partido anti-inmigración. Lo es, pero también es un partido que ha llevado un discurso muy claro sobre la corrupción y el único entre los importantes que ha aludido a la globalización como la matriz de la actual crisis económica y como el principal factor que ha generado la oleada migratoria. Vale la pena no olvidarlo: vale la pena recordar que PxC es algo más que un partido anti-inmigración o que ha enarbolado esta bandera por simple oportunismo tal como lo ha hecho con el descaro más absoluto el PP cuya líder, Sánchez Camacho, se notaba que apenas sabía de qué iba el problema a poco que algún periodista le pregunta sobre la materia. Esa insistencia en una temática muy diversificada es lo que ha permitido a PxC realizar un discurso coherente y perfectamente cerrado: hay crisis económica porque hay globalización, hay globalización porque hay liberalismo, las prácticas políticas liberales se traducen en una corrupción generalizada y la globalización se traduce en dos fenómenos perversos y deletéreos: la deslocalización y la inmigración.
4) PxC se sitúa en inmejorables posiciones para obtener un nuevo tirón en las próximas elecciones municipales. En el escenario de la “dulce derrota” lo que se ha demostrado es que PxC tiene detrás 75.000 votos y esto se va a traducir entre 75 y 100 concejales en las próximas elecciones. Quien piense que al no haber salido elegido ningún diputado de PxC, se iba a producir un desmoronamiento de este partido, se equivocaba: esto solamente se hubiera producido en el tercer escenario (el del fracaso total)… pero esto no ha ocurrido. Hoy mismo, en los perfiles de facebook, los militantes, afiliados y simpatizantes a la PxC, demostraban su entusiasmo y su interés en continuar la batalla en las próximas elecciones municipales.
¿Por qué no se ha logrado entrar en el parlament?
Vale la pena realizar una crítica a los motivos que han dejado en el atrio del parlament a la PxC. Hay varios. Vamos a repasar unos y otros:
1) Tal como era de prever los medios a partir del mes de marzo realizaron un cerrojazo mediático. A partir de ese momento pareció como si hablar de la PxC estuviera prohibido. La PxC desapareció de las TVs, de las columnas de los diarios y la consigna fue cumplida por todos los grupos mediáticos.
2) La actitud del PP que fue evolucionando desde la desorientación del mes de enero de 2010, cuando se desencadenó el asunto del empadronamiento de ilegales, hasta el mes de marzo cuando empezó a husmear sistemáticamente en las Webs de PxC y, literalmente, copiar todas y cada una de las consignas que PxC iba difundiendo: fue así como Sánchez Camacho se enteró de que en Catalunya existían mezquitas y cómo parte de la población catalana rechazaba la islamización de esta autonomía. Más adelante, cuando PxC empezó a difundir la consigna “Única solución: repatriación”, el PP elevó el tiro e intentó asumir esta consigna variándola sensiblemente y planteando el tema del “contrato de inmigración” e introduciendo el tema de la repatriación al aludir a los inmigrantes que llevaran dos años en paro… algo que también había dicho PxC. Los estrategas del PP lo han tenido fácil: con copiar las consignas de PxC sistemática, ya habían cumplido su trabajo. A ellos los medios sí que les han deparado amplios espacio. De poco ha importado que el discurso del PP sobre la inmigración fuera improvisado, siempre inorgánico, sin intención siquiera de ser cumplido ni ahora, ni cuando Rajoy se siente en la Moncloa, meramente oportunista y carente por completo de escrúpulos.
3) Durante los dos últimos meses previos a las elecciones, en la mayoría de las ocasiones en las que algún medio o algún partido se ha referido a la PxC se ha dicho sistemáticamente que se trataba de un grupo “racista y xenófobo”. Ilustres mediocridades de la política catalana han empezado a recoger firmas para la ilegalización de la PxC. Al cerco del silencio se ha unido la infamia. Y en esto, la izquierda, como siempre ha sido maestra, contando por un lado con la acción de ONGs y grupos especializados en la difamación y por otra con llamamientos al “antifascismo” que parecían anclados en concepciones políticas de hace 50 ó 60 años. La intención era asfixiar a la PxC con esta doble tenaza: silencio y difamación. Y ni aún así se ha logrado el objetivo de pulverizar a la PxC.
4) La PxC ha tenido que vencer otro problema: el “enemigo interior” que en los últimos dos meses aumentó su presión para dar la sensación de que se estaba produciendo una situación de descomposición en el partido. Desde abril hasta octubre, individuos escuálidos que, por un motivo u otro, se habían visto apeados de la PxC, iniciaban ataques furibundos cargados de odio y resentimiento, en webs. En este baile hemos visto a digitales que cambiaban de ubicación de un día para otro, estafadorcillos que llenaban sus perfiles de facebook con varios ataques diarios y para colmo resentidos que acusaban a la PxC de ser “pro-sionistas” (y nada les importaba que fueran incapaces de aportar dato alguno). Había semanas enteras que las “alertas Google” sobre PxC venían cagadas con una docena de noticias de lo que hemos llamado la “banda de los resentidos” cuyas noticias eran utilizadas por blogs con más seguimiento para seguir sus campañas de difamación. El momento culminante de todo esto tuvo lugar cuando se produjo la dimisión de Pablo Barranco y aquí cabe añadir algo: el error de la dirección de PxC consistió en nombrar secretario general del partido a alguien sin experiencia política de ningún tipo y desconocido para la mayoría de la militancia y del que ni siquiera se tenía constancia de cuáles eran sus ideas políticas. Los errores se pagan y, por el motivo que fuera, al producirse la crisis, los medios la presentaron como una “vendetta” interior. A lo largo de semanas y meses de este tipo de ataques, este “frente interior” fue erosionando la imagen de la PxC. Es evidente que lo escuálido de todos estos ataques y lo limitado de los medios que los han ejercido, no ha supuesto una gran merma electoral… pero sí han restado algunos cientos de votos que hubieran valido para obtener el escaño. En este sentido, hay que denunciar la actitud aventurera y particularmente obtusa del llamado Partit per Catalunya que apenas logró presentar una lista en Lleida obteniendo 312 votos… sin embargo, los medios han jugado con la confusión deliberada de las siglas y han hablado bastante más del irrelevante Partit per Catalunya que de la PxC. Un nuevo episodio más de la política del cerco mediático que hoy –cerradas las urnas- algunos periodistas como Josep Ramoneda reconocían que ha existido en torno a la PxC.
5) Desde el verano, en los medios periodísticos catalanes, los profesionales que habían recibido la orden de no escribir nada sobre la PxC, en privado comentaban la posibilidad de que entrara en el Parlament, si la abstención era alta. La abstención ha sido, efectivamente, alta, pero no tanto como se esperaba. De hecho ha habido casi cuatro puntos más de participación. Si esta participación hubiera sido cuatro puntos menos que en 2006, ese desfase hubiera abierto de par en par las puertas del parlament a la PxC.
6) La implantación de la PxC no es homogénea: es fuerte en el sur de la provincia de Tarragona, en la Montanya barcelonesa y en algunos enclaves del cinturón industrial, pero es todavía débil en Lleida especialmente y en Girona y, relativamente débil en las grandes ciudades. Esto ha hecho que los resultados fueran modestos en algunas zonas. De todas formas, también se han producido sorpresas: en Salt se ha rozado el 5% que se ha obtenido prácticamente con una visita de Anglada, en otras zonas de Girona y del Empordà se han obtenido porcentajes aceptables incluso en lugares donde no existía organización de la PxC. De haberse podido contar con una organización implantada de manera más homogénea en toda Catalunya, los resultados habrían sido sin duda mejores. Por lo demás, el voto en la provincia de Barcelona cuesta más que en las otras tres provincias. La PxC olvidó en la campaña que era en Tarragona en donde podía obtener mejores resultados (como de hecho así ha sido con un 2,60%, superior a la media obtenida en Catalunya, 2,42%).
7) La PxC no ha podido competir con los presupuestos extraordinarios (muchos de ellos surgidos al calor de la corrupción) que se han puesto a disposición de los grandes partidos. Contrariamente a quienes difamaban a la PxC apuntando a “dinero sionista” o a fondos imaginativos, la campaña ha demostrado que los fondos sobre los que ha trabajado PxC eran apenas las aportaciones de sus militantes y miembros. Es el precio de la independencia política. En nuestra opinión, los recursos han estado austera y bien gestionados y la única crítica que podría realizarse es que hubiera sido necesario concentrar más medios en Tarragona en donde se ha quedado a poco trecho del escaño.
El balance final confirma la “dulce derrota” como tal: se ha hecho lo que se ha podido en un ambiente particularmente hostil, con enemigos “interiores” aguijoneando desde la impotencia y con enemigos “exterior” actuando en pinza, en medio de un cerrojazo mediático y de una campaña sistemática de denigración, que, para colmo, ha encontrado en el oportunismo sin escrúpulos del PP a su aliado más efectivo. Una buena campaña y un buen resultado a tenor de los medios desplegados y gestionados con rigor y honestidad.
¿Qué han supuesto estas elecciones para Catalunya?
Quien nos haya seguido en los últimos meses, hemos alertado sobre el dilema que se planteaba al elector catalán: o votaba al partido de los “chorizos” o votaba al “frente de los inútiles”. Si llamamos “partido de los chorizos” a CiU es, porque, efectivamente, a lo largo de los años de pujolismo se gestó una red de intereses e influencias, que unido a la docilidad de los medios de comunicación catalanes, llevó directamente a convertir a Catalunya en la zona más corrupta de todo el Estado. Los casos Pretoria y Palau atestiguan que no estamos exagerando. Pero estos casos de corrupción ligados al pujolismo parecían quedar lejos mientras que los siete años perdidos del tripartito estaban demasiado próximos como para el electorado, ni aun aquejado por una irreprimible dosis de masoquismo, olvidaran lo que ha significado el maragallismo-montillista modulado por ERC. Ganó el “partido de los chorizos”.
Esto permite extraer algunas consecuencias sobre lo que aguarda a Catalunya en los próximos años:
1) La victoria de CiU es relativa: gana, pero precisa 6 votos más para gobernar y las opciones son cuatro, de menos probables a más probables:
- o "sociovergencia" (CiU + PSC)
- o "frente nacionalista" (CiU + PP)
- o "frente de derechas" (CiU + ERC)
- o "pactos coyunturales" para gobernar.
- o "frente de derechas" (CiU + ERC)
- o "pactos coyunturales" para gobernar.
En cualquiera de los cuatro casos se pueden alcanzar niveles de inestabilidad tan solo comparables con el primer tripartito de Maragall.
2) El descalabro del tripartito es absoluto:
- PSC pierde nueve escaños
- ERC pierde once escaños
- ICV pierde dos escaños más
- ERC pierde once escaños
- ICV pierde dos escaños más
Los escaños perdidos van a parar:
- a la abstención
- a CiU
- a Laporta
- a CiU
- a Laporta
3) Globalmente el independentismo sale derrotado: las opciones independentistas sumadas no alcanzan el nivel de votos de ERC hace cuatro años. La inclusión de Laporta introducirá de manera obsesiva el tema del independentismo en el parlament y garantizará la salida a la superficie de escándalos económicos y procesos a los que se verá sometido Laporta, contribuirán todavía más a erosionar como “poco serias” las posiciones independentistas. Los resultados de ERC son, por su parte, catastróficos y siembran las más serias dudas sobre el futuro de este partido. Por el momento, Carod-Rovira es ya un cadáver político y el secretario general de ERC, Puigcercós, a pesar de que no se haya enterado es otro tanto.
4) No tendremos independentismo, pero tenemos más soberanismo en un momento en el que la crisis económico-social es más grave en Cataluña que en cualquier otro lugar del Estado. Vuelve a gobernar la alta burguesía catalana, así que tendremos más victimismo, más soberanismo y el deseo de jugar un papel en Madrid vendiendo caro el apoyo a cualquier partido que no obtenga la mayoría absoluta para gobernar.
6) La corrupción apenas ha estado presente en la campaña electoral y solamente PxC la ha mencionado sistemáticamente. El resto de partidos ha cubierto el tema con un tupido velo sin duda pactado pues, no en vano, durante la campaña electoral los casos Palau y Pretoria han dado que hablar... en los juzgados. Eso demuestra que “robar” en Catalunya, no implica costes electorales. Con lo cual no hay absolutamente ningún elemento como para pensar que la rapacidad y las prácticas corruptas de la clase política catalana, proseguirán como hasta ahora.
7) Difícilmente CiU va a poder contener la deslocalización de la industria catalana y el aumento del paro. No va a estar en condiciones de rectificar la crisis de la enseñanza, ni está dispuesta a repatriar a los excedentes de inmigración, ni a hacer otra cosa más que ejercer el binomio soberanismo/victimismo. CiU no es la solución para Catalunya sino una parte muy importante del problema.
8) Catalunya es una de las zonas más deterioradas del Estado Español y nada indica que esta tendencia no proseguirá: con la mayor desertización industrial de todo el Estado, con una tasa de paro especialmente juvenil que tiene sólo parangón con la andaluza, con la mayor acumulación de ni-nis, con unos resultados educativos catastróficos, con la mayor tasa de inmigración de España y la mayor acumulación de inmigración islámica, con una prensa que come de la mano de la alta burguesía, con una oligarquía de 300 familias –casi feudal- en todos los resortes del poder, inmersa en una gigantesca crisis en España y en Europa… solamente alguien obsesionado por el nacionalismo puede esperar que la petición de un “concierto económica” puede ser la solución a todos los males. Y en esto está CiU que, fiel a su soberanismo basará toda su política en obtener de Madrid concesiones económicas y prebendas… algo que va a ser muy difícil en tiempos de crisis (cuyos efectos se van a prolongar en torno a 10 años).
9) Cuando se convoquen las próximas elecciones autonómicas, en torno a 600-750.000 inmigrantes habrán sido naturalizados. Veremos entonces cuál es la posición del PP y de los partidos mayoritarios, no tenemos la menor duda de que se iniciará una enloquecida carrera por captar esa bolsa de votos y que todos los partidos pugnarán por prometer más y más beneficios para los “nuevos catalanes” que pesarán como una losa sobre la recuperación económica de Catalunya.
La conclusión final que puede hacerse es que estos resultados no resuelven nada más que el entierro del tripartito y de los líderes de las tres formaciones. Se abre una etapa de inestabilidad, dudas, más soberanismo sobre el trasfondo inquietante de una crisis siempre presente y una corrupción que campará libre por todo el territorio catalán.
© Ernest Milà – infokrisis – http://infokrisis.blogia.com/ – http://info-krisis.blogspot.com/ – Prohibida la reproducción de este texto sin indicar origen.El resultado de los populistas y el de los nostálgicos
Gabriele Adinolfi (no-reporter, Italia)
El domingo, en las elecciones en Catalunya, PxC (Plataforma per Catalunya), partido de inspiración regionalista y anti-inmigracionista, ha rozado la entrada al parlamento regional consiguiendo 75.131 votos, el 2,42%.
El Msr, enquistado en posiciones nostálgicas ha conseguido 744 votos con un total de 0,02%
Como únicos datos positivos podemos destacar el desplome del partido socialista y el éxito de la Plataforma por Cataluña que casi ha multiplicado por 20 los resultados de sus últimas autonómicas.
Manuel Canduela (presidente de Democracia Nacional)
El desplome del partido socialista, de la franquicia catalana del PSOE, debería haber sido mucho más acusado. Resulta increíble que tras la situación terrible en la que este partido nos ha metido, en Cataluña y en toda España, con los casos de corrupción generalizada, sus leyes dictatoriales, las confesiones de Felipe González al respecto del terrorismo de Estado, su cobardía ante Marruecos, su incapacidad para menguar la crisis…etc. etc…todavía haya más de medio millón de ciudadanos que les den su voto. Debe ser algo así como el síndrome de Estocolmo, algo digno de un estudio psicológico profundo.
En el caso de la PXC sus más de 75.000 votos parecen la confirmación de que el fresco viento de Europa comienza a soplar también en España y es normal que haya sido la pirenaica Cataluña la primera en gozar de este viento del norte. Quizás, si desde la Plataforma se hubiese tratado con más claridad el problema de la unidad nacional se hubiese logrado mejorar aún más ese resultado pero no nos queda otra que desde aquí darle la enhorabuena al Sr. Anglada, al Sr. Armengol y en especial a nuestro amigo Nacho Mulleras. Estos resultados les colocan en una situación inmejorable de cara a las próximas municipales que ya están a la vuelta de la esquina y ponen en evidencia la injusta y antidemocrática ley electoral que no sólo no respeta la máxima “un hombre un voto” si no que deja sin representación a más de 75.000 catalanes.
No puedo celebrar el avance del PP ya que dada su cobarde y ambigua postura en una cuestión base, como es la obligación que tiene ante su electorado de combatir el separatismo, considero que su avance se ha debido a una brutal y radical campaña contra la inmigración que ha rallado lo ilegal (recuerden el videojuego de Lara Camachof, por menos de eso estoy yo procesado) pero que, lo peor de todo, es falsaria y oportunista ya que el PP es tan responsable como el PSOE del desaguisado de la inmigración y que allí donde gobierna, como en Madrid o Valencia, la situación es tan mala como donde lo hace el PSOE.
Y por lo demás, pues Mas de lo mismo. Hemos dado un paso Mas hacia la desintegración de España. Un corrupto al frente de la Generalitat, en un país donde parte de la población comienza a tener problemas para llenar el carro del super, separatistas radicales, socialistas y comunistas que se asegurarán que nada cambie. Y eso si, con Ciutadans manteniéndose en el parlamento, un partido que también se asegurará de que nada cambie, pero eso si, en perfecto castellano.
Los primeros discursos, al igual que durante la campaña, no han dejado dudas de hacia donde avanzaremos. Laporta, esa especie de Carod Rovira pero con mal aliento, ya ha lanzado una soflama independentista por la que en cualquier país decente estaría en la prisión por un delito de Lesa Patria y Alta Traición. El mismo día que extrañamente desaparecía la PXC de nuestras pantallas de recuentos y él surgía victorioso (aunque dando la impresión de que no se sabe ni de donde han salido sus votos) el canal Intereconomía hacia público un documento en exclusiva que demuestra como su clase política ha vendido Cataluña a Marruecos, para que sus empresas se abran paso en el país alauita han facilitado la invasión islámica.
Con este nuevo gobierno avanzaremos hacia Mas corrupción, Mas inmigración, Mas Islam, Mas separatismo, Mas crispación y odio entre hermanos, Mas racismo antiespañol, Mas estatutos, Mas autonomismo, Mas paro, Mas delincuencia, en definitiva estaremos Mas cerca de nuestro fin porque lo que hace falta para salir de esta crisis es justo lo contrario:
Menos corrupción y más honradez, menos inmigración y más natalidad propia, menos Islam y más cultura autóctona, nacional, menos separatismo y más unidad para afrontar el futuro, menos estatutos y autonomías que ni queremos ni podemos mantener, mas proteccionismo y menos globalización, más trabajo, y menos delincuencia.
No obstante no quiero acabar este artículo con un tono amargo. En Cataluña hay una minoría, cercana al 3% que no se ha dejado manejar por los mass media y sus campañas de demonización y censura, que comienza a despertar. Es nuestra obligación trasladar esos resultados al resto de la nación española y consolidar en España esa tendencia que avanza en el resto de Europa, si lo logramos podremos decir que aún le quedan esperanzas a esta milenaria nación, pero tenemos que ponernos TODOS manos a la obra, ni queda tiempo, ni ya valen excusas.